España no sale mal parada del estudio internacional PIAAC, publicado este martes y conocido como el informe PISA de adultos porque también mide las competencias en lectura y matemáticas en decenas de países, pero en vez de examinar a estudiantes de 15 años evalúa a la población en edad laboral, de 16 a 65. España ha reducido de forma significativa la distancia que en la anterior edición, presentada hace un decenio, la separaban de las medias del mundo desarrollado (OCDE) y la Unión Europea. El resultado español en lectura, 247 puntos, está ahora 13 por debajo de la media de la OCDE, cuando en 2013 eran 21. Y su rendimiento en matemáticas, 250 puntos, se halla a 15 del promedio del mundo desarrollado, cuando hace 10 años eran 23.. Seguir leyendo
Los exámenes de matemáticas y lectura sitúan a los españoles de 16 a 65 años en una posición similar, dentro de la clasificación internacional, a la que logran los alumnos de 15 al competir con estudiantes de otros países
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España no sale mal parada del estudio internacional PIAAC, publicado este martes y conocido como el informe PISA de adultos porque también mide las competencias en lectura y matemáticas en decenas de países, pero en vez de examinar a estudiantes de 15 años evalúa a la población en edad laboral, de 16 a 65. España ha reducido de forma significativa la distancia que en la anterior edición, presentada hace un decenio, la separaban de las medias del mundo desarrollado (OCDE) y la Unión Europea. El resultado español en lectura, 247 puntos, está ahora 13 por debajo de la media de la OCDE, cuando en 2013 eran 21. Y su rendimiento en matemáticas, 250 puntos, se halla a 15 del promedio del mundo desarrollado, cuando hace 10 años eran 23.. Los resultados de lectura de España en 2023 no difieren, estadísticamente, de los de Italia, Corea o Letonia, y superan a los de Polonia y Portugal (que obtiene 235 puntos), aunque quedan muy lejos de los primeros clasificados, que son los países escandinavos (con Finlandia, 296 puntos, a la cabeza) y Japón. En matemáticas, España empata con Estados Unidos, aventaja al resto de países del sur de Europa, y queda también a mucha distancia de los nórdicos y Japón. En un tercer examen, llamado de “resolución adaptativa de problemas” ―que mide “la capacidad de enfrentar situaciones dinámicas” en las que “no hay un método resolutivo inmediatamente disponible” buscando “soluciones creativas”― España se sitúa en una franja similar, en la parte alta del último tercio del ranking, a 11 puntos del promedio de la OCDE y a 9 de la UE.. Si se compara el rendimiento de los adultos españoles, en PIAAC, con el de los estudiantes españoles de secundaria, en PISA, se aprecia un claro paralelismo. Algo que también sucede en la mayor parte de países participantes, y refleja, señala el sociólogo y jefe de proyectos de la Fundació Bofill, Miquel Àngel Alegre, el enorme peso del contexto familiar en los resultados educativos, y su carácter, en buena medida, hereditario.. La mejora relativa de España en PIAAC no se debe a que el país haya avanzado. Su rendimiento de 2023 empeora tres puntos en lectura y mejora seis en matemáticas respecto a los de 2013, aunque en ninguno de los dos casos se trata de diferencias estadísticamente significativas ―caen dentro del margen de error―, según las conclusiones de la OCDE. La mejora comparativa de España se debe a que buena parte de los países de su entorno empeoran respecto a la década anterior. En lectura, las caídas ―estadísticamente significativas― alcanzan siete puntos en Francia; 12 en Estados Unidos y Austria; 23 en Corea del Sur, y 31 en Polonia. En matemáticas, EE UU pierde siete puntos; Nueva Zelanda, 15; Hungría, 17, y Polonia, 21. En total, en esta edición de PIAAC han participado 245.000 personas (incluidos cerca de 6.000 españoles) de 31 países, 27 de los cuales también lo hicieron hace 10 años. A diferencia de lo que es habitual en las evaluaciones internacionales centradas en estudiantes, en este caso no participan países pobres (el de menor renta en PIAAC es Chile).. Casi la mitad de los países empeoran en ambas competencias. De los que no caen: en lectura, 11 permanecen igual y solo mejoran dos (Finlandia y Dinamarca); y en matemáticas, 12 mantienen sus resultados, y ocho los incrementan.. España sostiene su nivel de rendimiento pese a dos elementos que, en teoría, podrían haberle afectado. De un lado, es uno de los países participantes (en concreto, el sexto) donde más ha crecido la población extranjera desde la anterior edición de PIAAC. Como los países que participan en la evaluación son los más desarrollados del mundo, los migrantes que reciben proceden, en general, de Estados con sistemas educativos más débiles. Y ello se traduce en que la población nativa obtiene resultados más altos en todos los países analizados. En matemáticas, la diferencia alcanza 42 puntos de media en la UE, 40 de promedio en la OCDE, y 38 en España. Entre 2013 y 2022 ―del año pasado no hay datos oficiales―, España recibió casi 6,5 millones de personas procedentes de otros países, de los cuales 2,6 millones eran de Latinoamérica, casi un millón de África, y 1,4, de la UE, señala Andreu Domingo, subdirector del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad Autónoma de Barcelona.. España también afrontó, en el periodo que va entre las dos ediciones de PIAAC, las consecuencias de la gran crisis financiera y los remedios, en forma de recortes, aplicados por las autoridades, que se cebaron especialmente con la educación. El gasto público educativo que había en 2009 no se recuperó hasta 2020, y ello en “euros corrientes”, sin tener en cuenta el ajuste por la inflación, subraya Miguel Recio, que fue jefe del gabinete de estudios de la federación de enseñanza de CC OO y trabajó, hasta el mes pasado, como asesor en la Secretaría de Estado de Educación.. En 27 de los 31 países evaluados los hombres obtienen en matemáticas un rendimiento mayor y estadísticamente significativo que las mujeres: ocho puntos de media en la UE, y 10 en la OCDE y en España. Y en 13 de los 31, las mujeres logran mejores resultados que los hombres en lectura: una ventaja de tres puntos tanto en la UE como en la OCDE. En España, esta última diferencia no es significativa. Sí lo es, en cambio, el avance de siete puntos que experimentan las mujeres españolas en matemáticas respecto a la anterior edición.. Evolución con la edad. Las competencias de la población van menguando conforme avanza la edad en casi todos los países. En España la ventaja que el grupo más joven, de 16 a 24 años, logra sobre el más mayor, de 55 a 65, es, sin embargo, más corta que en el promedio del mundo desarrollado: alcanza el 9,4% en lectura (frente a la media de 12,4% en la OCDE) y el 6,2% en matemáticas (frente al 9,3%).. Si se comparan los resultados de cada tramo de edad con el mismo grupo de hace un decenio ―es decir, los de 16-24 de ahora, con los de dicha franja de hace una década, etcétera―, en España no se observan caídas diferencias estadísticamente significativas, como sí pasa en 13 países. El único cambio significativo en España atañe al grupo de mayor edad analizado, el de 55 a 65, que experimenta una mejora de nueve puntos en lectura. Esto es, los nacidos en España entre 1958 y 1968 tienen un mejor nivel lector que el que tenían, a esas mismas edades, los nacidos entre finales de los años cuarenta y mediados de los cincuenta, algo que solo sucede también en Suecia, Finlandia y Dinamarca.. Desajuste en los estudios. Como le ocurre en PISA o en TIMSS ―que evalúa a alumnado de 10 años―, España tiene mayor porcentaje de estudiantes en niveles de rendimiento bajo que la media del mundo desarrollado, así como menos en los niveles altos. Al mismo tiempo, dicha dispersión en los resultados relativamente baja apunta a una distribución más equitativa de la media de las competencias. Tanto en España como en el conjunto de los países, obtener buenas puntuaciones se asocia con menor desempleo, mayores salarios, mejor nivel de salud percibida, y grados de satisfacción con la vida más elevados.. El 22% de los asalariados españoles está sobrecualificados para el puesto que ocupa, según PIAAC. Un porcentaje que no desentona con el promedio de la UE (21%) y la OCDE (23%).. España sí destaca, con un 43%, cinco puntos por encima del promedio de la OCDE y siete del de la UE, en cambio, en el llamado “desajuste de campo de estudio”, que consiste en que la cualificación más alta del trabajador “no está en el ámbito más relevante de su puesto de trabajo”. “Existen evidencias”, concluye el estudio al respecto, “de que una mejor adecuación de las competencias de los trabajadores a las necesidades de sus puestos de trabajo aumentaría tanto la productividad como los rendimientos de la educación y la formación”.