Ainhoa Arteta visitó Cuarto Milenio durante la noche del domingo, donde le confesó a Iker Jiménez una de las vivencias que tuvo cuando estuvo al borde de la muerte. Cuando operaron a la cantante de piedras en la uretra, contrajo una bacteria que le produjo una septicemia.. «Cuando me llevaron a la UCI en helicóptero, lo primero que escuché es que tenían que intubarme», recordó. «Todo esto me ocurrió en un estado en el que estaba, prácticamente, muerta», aseguró. «Si alguien no se lo cree, no pasa nada, pero igual puedo ser vehículo para quien sí».. A Arteta le fallaron los órganos del cuerpo. «A mi familia le dijeron que me quedaban tres horas, que cuando el corazón, que era lo único que funcionaba, se parase, pues no aguantaría más», relató. «Soy alérgica a la penicilina, pero acabaron usándola», detallaba.. Gracias al medicamento, los órganos volvieron a funcionarle poco a poco. «El día 26 volví a la vida», declaraba la mujer. «Estaba como feliz, pero recordaba que había estado en un lugar donde había silencio absoluto», explicó sobre aquella experiencia.. «Yo estaba como suspendida, y era oscuro, pero con muchas luces como una galaxia», describió. «No sentía dolor y era feliz, aunque veía a mis hijos y la gente que me quería llorando, pero les decía que estaba muy bien», continuó. «Sé que no morimos, el alma es eterna, no os puedo decir dónde va», terminó su anécdota.
«Sé que no morimos, el alma es eterna, no os puedo decir dónde va», reflexionó la cantante en ‘Cuarto Milenio’.
Ainhoa Arteta visitó Cuarto Milenio durante la noche del domingo, donde le confesó a Iker Jiménez una de las vivencias que tuvo cuando estuvo al borde de la muerte. Cuando operaron a la cantante de piedras en la uretra, contrajo una bacteria que le produjo una septicemia.. «Cuando me llevaron a la UCI en helicóptero, lo primero que escuché es que tenían que intubarme», recordó. «Todo esto me ocurrió en un estado en el que estaba, prácticamente, muerta», aseguró. «Si alguien no se lo cree, no pasa nada, pero igual puedo ser vehículo para quien sí».. A Arteta le fallaron los órganos del cuerpo. «A mi familia le dijeron que me quedaban tres horas, que cuando el corazón, que era lo único que funcionaba, se parase, pues no aguantaría más», relató. «Soy alérgica a la penicilina, pero acabaron usándola», detallaba.. Gracias al medicamento, los órganos volvieron a funcionarle poco a poco. «El día 26 volví a la vida», declaraba la mujer. «Estaba como feliz, pero recordaba que había estado en un lugar donde había silencio absoluto», explicó sobre aquella experiencia.. «Yo estaba como suspendida, y era oscuro, pero con muchas luces como una galaxia», describió. «No sentía dolor y era feliz, aunque veía a mis hijos y la gente que me quería llorando, pero les decía que estaba muy bien», continuó. «Sé que no morimos, el alma es eterna, no os puedo decir dónde va», terminó su anécdota.
20MINUTOS.ES – Televisión