Pasado. Buen os Aires. La madre, Zulema. El amor esporádico. San Telmo. Un padre que es un apellido. Paco Urondo, en los días del último Perón, el que tenía nombre de mujer y humo de brujo. Así comienza Yo debería estar muerto de Alejo Stivel editado por ESPASA. Buenos Aires de Almedra y Beatles. De psicoanálisis. Alejo Stivel ve pasar frente a sus ojos a Juan Gelmán, el niño Ricardo Darín, el boxeador Ringo Bonavera (‘la experiencia es un peine que te da la vida cuando te estás quedando calvo’), Mafalda y Quino, Rodolfo Walsh y la casa tomada, entre París y Buenos Aires, Julio Cortázar, el jazz, el eterno perseguido, el eterno perseguidor.. Alejo, como yo, es de la academia. Siete Copas Libertadores para Avellaneda. Y cuenta el mito que se encuentra con Ariel Rot (su padre, periodista de ‘La Opinión’, Abrasha Rot, director, más bien, de la contrainformación, las voces peligrosas de los últimos años o de los primeros años, según qué parte del terror compartas) en un concierto de Paco Ibáñez en el Gran Rex.. Imagino el aburrimiento para unos pibes ciegos de Rolling Stones, Manal y Pedro y Pablo. Con Claudio Gabis (que enseñó a tocar la guitarra a Christina Rosenvinge, pero ya llegaremos a ello) acabará en España. Y Charly. Claro. Charly y Nito. Alejo sale en la película de Sui Generis de 1975, el Adiós Sui Generis. Pero no puede ir al concierto porque está enfermo. Lo mejor, las nueces para el amor. Años más tarde hará un cover de ‘Bienvenidos al tren’. Imagina ver todas las encarnaciones de Spinetta: Almendra, Invisible y Pescado Rabioso. Buen bagaje para, al llegar a España, enseñar a las bandas a hacer rock en español. En el 1973 Campora (cuando más feliz fue Éber Ludueña) y la llegada de Juan Domingo Perón, la vuelta de Perón más bien, en Ezeiza (dos libros, tres libros ya, Rodrigo Fresán, el primero entre todos, hablan de ello, más importante que la llegada del hombre a la Luna fue la llegada de Perón a la Argentina. La vuelta, perdón). Los tiros en Ezeiza, el terror de Montoneros, la Triple A, los milicos, Who will stop the rain? De The Credence Clearwater Revival y el asesinato de su padre, del hombre que lo cría, de Paco Urondo. 1976.. El poeta, el escritor, el guionista de la película Las Chicas dirigida por el padre biológico de Alejo, David Stivel. O Stivelberg Como Rot, Rotenberg, parte de la Intelligentsia judía porteña. Clandestinidad y golpe de Estado. Lo cuenta muy bien Ernesto Mallo, en una fábula del Perro Lascano. López Rega asaltado por los militares: «Ahora lo vamos a hacer bien nosotros, brujo». Ernesto Alterio, Nacha Guevara, la madre de Alejo, los Rot, todos salen de la Argentina. Escapan de una dictadura del terror hacia un país que sale de una. En Argentina comienza el Proceso, en España , La Transición.. Pasado-transitorio. Entre el 17 de agosto y el 1 de septiembre el barco recorre el océano hasta dejar a Alejo y su madre en Barcelona. En el barco va Miguel Gila. Con su camisa roja. Unos dicen que se exilió por política, otros por faldas. Al final, lo cierto, es que hay imágenes suyas en la televisión franquista. Pero no estamos aquí para hablar de cuchicheos, solo de realidades. O de sueños. Pero sueños de rock. Londres arde, pero Madrid va a la zaga.. Escuchas ‘El vals de los recuerdos’ de Ariel Rot: «Ariel se plantó frente a un policía con un cigarrillo y le soltó: ¿me das fuego? Y el policía le encendió el pitillo». Eso es paz. Eso son ganas de vivir. Un pucho encendido, dejar de estudiar, dedicarse al arte, es la genética, la oportunidad. Comienza Tequila.. NOTA del redactor: Alejo no vuelve a España al terminar con la banda. Se pierde el momento de locura de Alfonsín, los Clics modernos de Charly García y todo Soda Stéreo. No deja de ser curioso.
Música
Pasado. Buenos Aires. La madre, Zulema. El amor esporádico. San Telmo. Un padre que es un apellido. Paco Urondo, en los días del último Perón, el que tenía nombre de mujer y humo de brujo. Así comienza Yo debería estar muerto de Alejo Stivel editado por ESPASA. Buenos Aires de Almedra y Beatles. De psicoanálisis. Alejo Stivel ve pasar frente a sus ojos a Juan Gelmán, el niño Ricardo Darín, el boxeador Ringo Bonavera (‘la experiencia es un peine que te da la vida cuando te estás quedando calvo’), Mafalda y Quino, Rodolfo Walsh y la casa tomada, entre París y Buenos Aires, Julio Cortázar, el jazz, el eterno perseguido, el eterno perseguidor.. CortazarOctavio Gómez. Alejo, como yo, es de la academia. Siete Copas Libertadores para Avellaneda. Y cuenta el mito que se encuentra con Ariel Rot (su padre, periodista de ‘La Opinión’, Abrasha Rot, director, más bien, de la contrainformación, las voces peligrosas de los últimos años o de los primeros años, según qué parte del terror compartas) en un concierto de Paco Ibáñez en el Gran Rex.. Adiós Sui GenerisOctavio Gómez. Imagino el aburrimiento para unos pibes ciegos de Rolling Stones, Manal y Pedro y Pablo. Con Claudio Gabis (que enseñó a tocar la guitarra a Christina Rosenvinge, pero ya llegaremos a ello) acabará en España. Y Charly. Claro. Charly y Nito. Alejo sale en la película de Sui Generis de 1975, el Adiós Sui Generis. Pero no puede ir al concierto porque está enfermo. Lo mejor, las nueces para el amor. Años más tarde hará un cover de ‘Bienvenidos al tren’. Imagina ver todas las encarnaciones de Spinetta: Almendra, Invisible y Pescado Rabioso. Buen bagaje para, al llegar a España, enseñar a las bandas a hacer rock en español. En el 1973 Campora (cuando más feliz fue Éber Ludueña) y la llegada de Juan Domingo Perón, la vuelta de Perón más bien, en Ezeiza (dos libros, tres libros ya, Rodrigo Fresán, el primero entre todos, hablan de ello, más importante que la llegada del hombre a la Luna fue la llegada de Perón a la Argentina. La vuelta, perdón). Los tiros en Ezeiza, el terror de Montoneros, la Triple A, los milicos, Who will stop the rain? De The Credence Clearwater Revival y el asesinato de su padre, del hombre que lo cría, de Paco Urondo. 1976.. Zulema y PacoOctavio Gómez. El poeta, el escritor, el guionista de la película Las Chicas dirigida por el padre biológico de Alejo, David Stivel. O Stivelberg Como Rot, Rotenberg, parte de la Intelligentsia judía porteña. Clandestinidad y golpe de Estado. Lo cuenta muy bien Ernesto Mallo, en una fábula del Perro Lascano. López Rega asaltado por los militares: «Ahora lo vamos a hacer bien nosotros, brujo». Ernesto Alterio, Nacha Guevara, la madre de Alejo, los Rot, todos salen de la Argentina. Escapan de una dictadura del terror hacia un país que sale de una. En Argentina comienza el Proceso, en España , La Transición.. El BrujoOctavio Gómez. Pasado-transitorio. Entre el 17 de agosto y el 1 de septiembre el barco recorre el océano hasta dejar a Alejo y su madre en Barcelona. En el barco va Miguel Gila. Con su camisa roja. Unos dicen que se exilió por política, otros por faldas. Al final, lo cierto, es que hay imágenes suyas en la televisión franquista. Pero no estamos aquí para hablar de cuchicheos, solo de realidades. O de sueños. Pero sueños de rock. Londres arde, pero Madrid va a la zaga.. OrigenOctavio Gómez. Escuchas ‘El vals de los recuerdos’ de Ariel Rot: «Ariel se plantó frente a un policía con un cigarrillo y le soltó: ¿me das fuego? Y el policía le encendió el pitillo». Eso es paz. Eso son ganas de vivir. Un pucho encendido, dejar de estudiar, dedicarse al arte, es la genética, la oportunidad. Comienza Tequila.. NOTA del redactor: Alejo no vuelve a España al terminar con la banda. Se pierde el momento de locura de Alfonsín, los Clics modernos de Charly García y todo Soda Stéreo. No deja de ser curioso.. RecorteOctavio Gómez. TequilaOctavio Gómez
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