Un asesinato cometido en París en 1985 ocupó buena parte de los periódicos franceses. La víctima era la famosa fotógrafa Hélène Roger. El criminal, su marido. La escritora aragonesa Angélica Morales (nacida en Teruel en 1970) parte de este suceso para novelar en Estás en mis ojos (Destino) no solo un terrible crimen. Fundamentalmente, el texto busca retratar a una mujer que convirtió la fotografía en una manera de arte, en una tarjeta de presentación, también en el motivo de su muerte. Morales, cuyo último libro fue en 2024 Las envidiosas, se embarca en esta aventura literaria a los dos lados del Pirineo: Francia y su tierra de adopción, Huesca. Una suerte de eje geográfico y sentimental que delimita el juego de la pasión, de los amores tóxicos y de la historia.. Guardo una relación de amor, a mi tierra, que es Huesca. Siempre que puedo en mis novelas salen los lugares que amo. Su muerte no tuvo nada que ver con el amor, sino con los celos profesionales, por el hecho de que Hélène era la que llevaba la iniciativa. Tengo el sentido del humor y la curiosidad, como Hélène. Me gustaría pensar que también las dos somos buenas personas
La escritora aragonesa vuelve a su tema preferido, la realidad de las mujeres contada a través de la ficción.
Un asesinato cometido en París en 1985 ocupó buena parte de los periódicos franceses. La víctima era la famosa fotógrafa Hélène Roger. El criminal, su marido. La escritora aragonesa Angélica Morales (nacida en Teruel en 1970) parte de este suceso para novelar en Estás en mis ojos (Destino) no solo un terrible crimen. Fundamentalmente, el texto busca retratar a una mujer que convirtió la fotografía en una manera de arte, en una tarjeta de presentación, también en el motivo de su muerte. Morales, cuyo último libro fue en 2024 Las envidiosas, se embarca en esta aventura literaria a los dos lados del Pirineo: Francia y su tierra de adopción, Huesca. Una suerte de eje geográfico y sentimental que delimita el juego de la pasión, de los amores tóxicos y de la historia.. ¿Cómo se le ocurrió recuperar la historia de esta mujer pionera?Ya había recuperado la historia de la tejedora de la Bauhaus Otti Berger en mi anterior novela, La casa de los hilos rotos, y me di cuenta de que a las lectoras les gustaba leer la historia de mujeres olvidadas. Un día mi agente literaria me mandó un correo con la noticia del asesinato de la fotógrafa Hélène Roger y me preguntó: ¿Qué te parece? Yo contesté que la noticia era terrible, pero que, literariamente, era un buen arranque. Empezó a picarme la curiosidad, quise saber quién estaba detrás de esa muerte tan atroz, por qué alguien era capaz de matar de una forma tan violenta a una anciana de 83 años. Y así empecé a obsesionarme con ella.. Novelar su vida, ¿ha sido una manera de restituir su memoria? No, escribir su vida es una manera, aunque sea pequeña, de hacer justicia. Contar su historia es un intento de situarla en el lugar que siempre tuvo que tener, porque fue una pionera, una gran trabajadora y una mujer muy libre para la que su trabajo era lo primero, que la memoria del viejo París era su mayor tesoro y eso es por lo que siempre luchó. Sin embargo, no deja de ser una novela, no estamos hablando de una biografía y hay mucho margen para la imaginación. Aunque los hechos están ahí: sus logros, sus luces y sus sombras. He intentado crear un personaje real que vive y sufre y se hace preguntas, pero que también se equivoca, como en este caso con Jean Fisher, su esposo y asesino.. Guardo una relación de amor, a mi tierra, que es Huesca. Siempre que puedo en mis novelas salen los lugares que amo. ¿Qué relación guarda la autora de la novela con Isabel Santolaria, el personaje que biografía la vida de Hélène en este libro?Guardo una relación de amor, a mi tierra, que es Huesca. Por eso el personaje de Isabel, aunque vive en París, tiene en Huesca sus raíces, tiene el peso de su familia, la memoria y la desmemoria de una casa. Siempre que puedo en mis novelas sale la gente y los lugares que amo.. ‘Estás en mis ojos’, de Destino.CEDIDA/Destino. París, Huesca… Parecen escenarios opuestos, pero tan próximos. ¿Por qué están en la novela?De algún modo, yo quería que la montaña abrazara a las dos protagonistas. Hélène comenzó su carrera como fotoperiodista cuando en 1936 fue a realizar un reportaje con su ya entonces pareja, Jean Fisher, a los Pirineos. El pretexto fueron las primeras vacaciones pagadas en Francia. Cuando estuvo cerca de la frontera, en Andorra, empezó a ver que algo pasaba, divisó a los primeros exiliados y su olfato periodístico le dijo que debía cruzar la frontera. Fue entonces cuando hizo allí, en la Seu D`Urgell, las primeras fotografías de la guerra civil que llegarían a los medios de comunicación extranjeros. Gracias a ellas obtuvo grandes beneficios y la puso, por así decirlo, en el centro de las miradas. Isabel viene del Valle de Hecho, del Pirineo, dos mujeres que arrancan su historia en la montaña. Me pareció un guiño, uno de esos lazos que las podía atar con fuerza a una historia que, siendo distinta, partía del mismo lugar tanto física como emocionalmente porque Isabel también es víctima de una relación tóxica.. Su muerte no tuvo nada que ver con el amor, sino con los celos profesionales, por el hecho de que Hélène era la que llevaba la iniciativa. El marido de Hélène era, como dice, tan hostil para ella que la mató. Lo mismo pasa con el amante de la investigadora. ¿Era tónica habitual de los artistas de esa época, amar y ser amado con sufrimiento?Yo creo que los artistas son desmesurados en todo porque se mueven por la pasión y no importa la época. Son seres atados a las emociones y muchas veces esas emociones no tienen medida tanto para bien como para mal. Hélène no se consideraba artista, aunque su obra es impresionante y no tiene nada que envidiarle al de otras grandes fotógrafas. Su relación con su marido pienso que no fue pasional, se conocieron cuando ella ya sobrepasaba la treintena. Lo suyo fue más bien el gozo por compartir una pasión como era la fotografía, los viajes, el negocio de la agencia. Su muerte no tuvo nada que ver con el amor, sino con los celos profesionales, por el hecho de que Hélène era la que llevaba la iniciativa en todo y cuando una mujer va por delante, es más astuta, más talentosa, más intuitiva y más empática. Muchos hombres no lo pueden soportar y eso le ocurrió a su marido, por eso la mató porque siempre se sintió un segundón. En cuanto a Isabel, simplemente se ha equivocado de tipo, ha cedido a sus pasiones y ha pagado un alto precio. La muerte de una de alguna manera significa la salvación de la otra.. Hélène Roger-Viollet y Jean Fischer en Saint-Etienne (France), 1936.(c) Roger-Viollet /. Hay muchos elementos perturbadores en este libro: asesinato, suicidio, infidelidades, hasta hermanos desconocidos… ¿Le ha costado terminarla sin dejar de respirar?La verdad es que es una novela trepidante, desde el punto de vista de la trama, pero también a nivel sentimental. Les pasan muchas cosas a los personajes y no siempre saben cómo enfrentarse a ello. Creo que la novela es un reflejo de la vida: está llena de trampas, de situaciones difíciles, pero también de una luz que, aunque tiembla, se puede divisar al final del camino. No obstante, yo me encuentro muy cómoda escribiendo ahí, dentro de ese laberinto donde hay que ir tejiendo con tino y paciencia.. Tengo el sentido del humor y la curiosidad, como Hélène. Me gustaría pensar que también las dos somos buenas personas. ¿Qué tiene Angélica Morales de Hélène Roger?Tiene el sentido del humor, la curiosidad y el hecho de que también yo soy de baja estatura. Aunque Hélène es más intrépida que yo. Me gustaría pensar que las dos somos buenas personas y luchamos hasta el final por nuestros sueños.. Morales tiene 55 años.Jose Bonjoch. ¿Qué le gustaría que sus ojos vieran en la actualidad crispada que nos ocupa? ¿Y qué miran de cara a un nuevo relato?Aunque suene a tópico, me gustaría contemplar la paz. Es curioso cómo estamos complicando el mundo, pudiendo ser un lugar hermoso para todos. Me gustaría mirar el silencio y la belleza de las pequeñas cosas. Lo pequeño siempre es lo más grande. Y sí, ya estoy empezando una nueva novela y las mujeres vuelven a ser protagonistas, cómo no. Pero no puedo decir nada más.
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