El mundo occidental muestra una creciente inquietud ante la posibilidad de un conflicto a gran escala, conocido como la Tercera Guerra Mundial. El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, ha dado una entrevista a The New York Times en la que detalla cómo podría iniciar esta situación. Su inquietud es que las dos grandes potencias totalitarias y opuestas al Occidente democrático, Rusia y China, realicen ataques simultáneos a distintos objetivos en una operación coordinada. «No seamos ingenuos: si Xi Jinping decidiera atacar Taiwán, primero se aseguraría de contactarse con su joven aliado, Vladimir Putin en Moscú, y le diría: ‘Voy a hacer esto y necesito que mantengas ocupados en Europa los territorios de la OTAN'», comentó Rutte. «Es probable que este sea el curso a seguir», añade el ex primer ministro de los Países Bajos, quien sostiene que la OTAN puede tomar dos medidas para evitar este sombrío pronóstico: «Una es que, colectivamente, la OTAN es lo suficientemente fuerte como para que los rusos nunca se atrevan a hacerlo.» «En segundo lugar, es importante colaborar con la región del Indo-Pacífico, una iniciativa que el presidente Trump ha estado impulsando fuertemente», señala. «Contamos con una conexión muy cercana, cooperando en el sector de defensa y la innovación entre la OTAN y el Indo-Pacífico», añade el político holandés en su entrevista con el medio de Nueva York. «Nos enfrentamos a un gran desafío geopolítico». «Actualmente, los rusos están generando tres veces más munición en un período de tres meses que la cantidad que produce toda la OTAN en un año», comenta Rutte. «Esto no puede mantenerse así, pero los rusos están colaborando con Norcorea, China e Irán, en su batalla contra esta guerra de agresión que no fue provocada contra Ucrania.» Por lo tanto, el Indopacífico y el Atlántico están siendo cada vez más interrelacionados. «Es evidente que China está enfocada en Taiwán,» concluye.
El secretario general de la OTAN resalta las acciones proactivas de Trump en la región del Indopacífico.
20MINUTOS.ES – Internacional
El mundo occidental muestra una creciente inquietud ante la posibilidad de un conflicto a gran escala, conocido como la Tercera Guerra Mundial. El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, ha dado una entrevista a The New York Times en la que detalla cómo podría iniciar esta situación. Su inquietud es que las dos grandes potencias totalitarias y opuestas al Occidente democrático, Rusia y China, realicen ataques simultáneos a distintos objetivos en una operación coordinada. «No seamos ingenuos: si Xi Jinping decidiera atacar Taiwán, primero se aseguraría de contactarse con su joven aliado, Vladimir Putin en Moscú, y le diría: ‘Voy a hacer esto y necesito que mantengas ocupados en Europa los territorios de la OTAN'», comentó Rutte. «Es probable que este sea el curso a seguir», añade el ex primer ministro de los Países Bajos, quien sostiene que la OTAN puede tomar dos medidas para evitar este sombrío pronóstico: «Una es que, colectivamente, la OTAN es lo suficientemente fuerte como para que los rusos nunca se atrevan a hacerlo.» «En segundo lugar, es importante colaborar con la región del Indo-Pacífico, una iniciativa que el presidente Trump ha estado impulsando fuertemente», señala. «Contamos con una conexión muy cercana, cooperando en el sector de defensa y la innovación entre la OTAN y el Indo-Pacífico», añade el político holandés en su entrevista con el medio de Nueva York. «Nos enfrentamos a un gran desafío geopolítico». «Actualmente, los rusos están generando tres veces más munición en un período de tres meses que la cantidad que produce toda la OTAN en un año», comenta Rutte. «Esto no puede mantenerse así, pero los rusos están colaborando con Norcorea, China e Irán, en su batalla contra esta guerra de agresión que no fue provocada contra Ucrania.» Por lo tanto, el Indopacífico y el Atlántico están siendo cada vez más interrelacionados. «Es evidente que China está enfocada en Taiwán,» concluye.