Hablar del aumento de la tensión en el Oriente Próximo hace mucho tiempo que dejó de ser noticia. Desde que se creó el Estado de Israel, hace setenta y siete años, las guerras y los atentados terroristas no se han tomado descanso. Primero fueron los países árabes vecinos y enseguida los palestinos, que reclaman su propia independencia dentro del mismo territorio que ocupa Israel y los enfrentamientos con el consiguiente aumento de víctimas no han cesado.. En los últimos meses es la guerra de Gaza, donde las fuerzas armadas judías intentan liquidar a la guerrilla de Hamás, la que centra la atención y la preocupación internacional, ante el temor constante de un agravamiento de las dimensiones del conflicto. Hamás, al igual que Hezbolá, la guerrilla que ataca a Israel desde el Líbano, o los hutíes que atentan contra la navegación por el Mar Rojo desde el Yemen, cuentan con el soporte económico y militar de Irán, un país con noventa millones de habitantes, rico en petróleo y las fuerzas armadas más importantes en la zona.. Actualmente, algunos países árabes como Marruecos o los Emiratos Árabes Unidos han reconocido ya a Israel con el que mantienen relaciones diplomáticas y comerciales. No deja de ser sorprendente que ante lo que está ocurriendo en Gaza, no se hayan sumado a las protestas contra Israel por la dureza y por la matanza que se está produciendo. La excepción de esta normalización entre vecinos es Irán, el país gobernado por los ayatolas, del chiísmo, enfrentados con sus vecinos sunitas.. Irán, cuyo régimen político se afianza en el odio a los Estados Unidos desde la caída del sha, lo comparte también con Israel, al que intenta destruir. Para conseguirlo y afianzar su seguridad ante la amenaza del poder militar y capacidad de información de Israel, lleva varios años intentando conseguir la bomba atómica, un arma que Israel ya posee, y lo cual lo situaría en igualdad de condiciones ante el enfrentamiento armado que además amenaza a la paz mundial. Israel por su parte, bombardea las instalaciones nucleares con cierta frecuencia para evitar que sus proyectos progresen.. La aviación judía, en un despliegue aéreo de doscientos aparatos denominado León Naciente bombardeó a partir del jueves varios objetivos militares en el territorio iraní con varias decenas de víctimas en su mayor parte técnicos y trabajadores de las instalaciones nucleares, y entre ellos cuatro jefes militares de alto rango, el general jefe de la Guardia Revolucionaria, Hosein Salami. En las horas siguientes, ambos gobiernos se cruzaron amenazas que no tardarían en convertirse en nuevos ataques.. Irán respondió con una lluvia de drones sobre territorio israelí, en su mayor parte interceptados, que no causaron víctimas mientras que la aviación judía respondía con un nuevo bombardeo sobre Teherán a primera hora de la madrugada del viernes y sobre varios objetivos y entre ellos el principal centro nuclear de Natanz, el más importante. Inicialmente los Estados Unidos se desentendieron, pero en las horas posteriores el presidente Trump los apoyó con una advertencia contra el gobierno de los ayatolas. La tensión creada continúa latente.
Hablar del aumento de la tensión en el Oriente Próximo hace mucho tiempo que dejó de ser noticia. Desde que se creó el Estado de Israel, hace setenta y siete años, las guerras y los atentados terroristas no se han tomado descanso.
20MINUTOS.ES – Internacional
Hablar del aumento de la tensión en el Oriente Próximo hace mucho tiempo que dejó de ser noticia. Desde que se creó el Estado de Israel, hace setenta y siete años, las guerras y los atentados terroristas no se han tomado descanso. Primero fueron los países árabes vecinos y enseguida los palestinos, que reclaman su propia independencia dentro del mismo territorio que ocupa Israel y los enfrentamientos con el consiguiente aumento de víctimas no han cesado.. En los últimos meses es la guerra de Gaza, donde las fuerzas armadas judías intentan liquidar a la guerrilla de Hamás, la que centra la atención y la preocupación internacional, ante el temor constante de un agravamiento de las dimensiones del conflicto. Hamás, al igual que Hezbolá, la guerrilla que ataca a Israel desde el Líbano, o los hutíes que atentan contra la navegación por el Mar Rojo desde el Yemen, cuentan con el soporte económico y militar de Irán, un país con noventa millones de habitantes, rico en petróleo y las fuerzas armadas más importantes en la zona.. Actualmente, algunos países árabes como Marruecos o los Emiratos Árabes Unidos han reconocido ya a Israel con el que mantienen relaciones diplomáticas y comerciales. No deja de ser sorprendente que ante lo que está ocurriendo en Gaza, no se hayan sumado a las protestas contra Israel por la dureza y por la matanza que se está produciendo. La excepción de esta normalización entre vecinos es Irán, el país gobernado por los ayatolas, del chiísmo, enfrentados con sus vecinos sunitas.. Irán, cuyo régimen político se afianza en el odio a los Estados Unidos desde la caída del sha, lo comparte también con Israel, al que intenta destruir. Para conseguirlo y afianzar su seguridad ante la amenaza del poder militar y capacidad de información de Israel, lleva varios años intentando conseguir la bomba atómica, un arma que Israel ya posee, y lo cual lo situaría en igualdad de condiciones ante el enfrentamiento armado que además amenaza a la paz mundial. Israel por su parte, bombardea las instalaciones nucleares con cierta frecuencia para evitar que sus proyectos progresen.. La aviación judía, en un despliegue aéreo de doscientos aparatos denominado León Naciente bombardeó a partir del jueves varios objetivos militares en el territorio iraní con varias decenas de víctimas en su mayor parte técnicos y trabajadores de las instalaciones nucleares, y entre ellos cuatro jefes militares de alto rango, el general jefe de la Guardia Revolucionaria, Hosein Salami. En las horas siguientes, ambos gobiernos se cruzaron amenazas que no tardarían en convertirse en nuevos ataques.. Irán respondió con una lluvia de drones sobre territorio israelí, en su mayor parte interceptados, que no causaron víctimas mientras que la aviación judía respondía con un nuevo bombardeo sobre Teherán a primera hora de la madrugada del viernes y sobre varios objetivos y entre ellos el principal centro nuclear de Natanz, el más importante. Inicialmente los Estados Unidos se desentendieron, pero en las horas posteriores el presidente Trump los apoyó con una advertencia contra el gobierno de los ayatolas. La tensión creada continúa latente.