La Feria del Libro es un estupendo lugar para pasear y comprar libros, pero también puede ser el salvaje oeste si no se va suficientemente preparado para posibles adversidades inesperadas.. El calor es la primera, para eso es junio, antesala del verano. El agua ayuda a cruzar el sofocante paseo con más ligereza y evitar problemas de deshidratación, así que es bueno llevar un termo o una botella. Un gorro se impone para cuando el sol acaricia uno de los dos lados de la Feria, porque se suele repartir meticulosamente a lo largo del día de manera implacable.. La mejor hora para ir, si se huye de las aglomeraciones y se dispone de tiempo para caminar y observar las casetas, es en cuanto abre, a las 10,30 de la mañana entre lunes y jueves. Los fines de semana son la locura, por otra parte, un estímulo para ver mucha gente y transitar entre miles de curiosos como uno mismo a la caza y captura de una firma o de un título.. La puerta más cómoda para acceder a El Retiro es la de la Reina Mercedes, junto a un famoso local de fiestas, en la calle Menéndez Pelayo, nada más salir del metro parada Ibiza (línea 9, la morada). Se cruza unos metros de parque y uno aterriza en torno a la caseta 100 y junto a la preciosa exposición de fotos de la naturaleza.. Ir en bici es una solución muy sostenible, también, que ahorra atascos para aparcar, si no se quiere ir en metro. Hay estaciones de Bicimad en la calle Menéndez Pelayo y bases para dejar otras.. Los mapas que hay por toda la Feria señalan muy bien dónde cae cada caseta, en el paseo de Carruajes. Y aunque ya no hay megafonía (se eliminó por contaminación acústica) sí existen puestos de información donde personas específicamente situadas para ello, dan datos de una editorial, un distribuidor, hasta de títulos que se buscan y no se encuentran con facilidad.. Y si las firmas son el objetivo de la visita, mucha paciencia y un buen libro porque a veces algunos autores convocan a tantas personas que la espera es larga. Aunque merecerá la pena, al fin y al cabo, los visitantes buscan eso: libros y autógrafos.
El agua, un sombrero y elegir bien los horarios facilitan la manera de transitar entre casetas y aglomeraciones
La Feria del Libro es un estupendo lugar para pasear y comprar libros, pero también puede ser el salvaje oeste si no se va suficientemente preparado para posibles adversidades inesperadas.. El calor es la primera, para eso es junio, antesala del verano. El agua ayuda a cruzar el sofocante paseo con más ligereza y evitar problemas de deshidratación, así que es bueno llevar un termo o una botella. Un gorro se impone para cuando el sol acaricia uno de los dos lados de la Feria, porque se suele repartir meticulosamente a lo largo del día de manera implacable.. La mejor hora para ir, si se huye de las aglomeraciones y se dispone de tiempo para caminar y observar las casetas, es en cuanto abre, a las 10,30 de la mañana entre lunes y jueves. Los fines de semana son la locura, por otra parte, un estímulo para ver mucha gente y transitar entre miles de curiosos como uno mismo a la caza y captura de una firma o de un título.. La puerta más cómoda para acceder a El Retiro es la de la Reina Mercedes, junto a un famoso local de fiestas, en la calle Menéndez Pelayo, nada más salir del metro parada Ibiza (línea 9, la morada). Se cruza unos metros de parque y uno aterriza en torno a la caseta 100 y junto a la preciosa exposición de fotos de la naturaleza.. Ir en bici es una solución muy sostenible, también, que ahorra atascos para aparcar, si no se quiere ir en metro. Hay estaciones de Bicimad en la calle Menéndez Pelayo y bases para dejar otras.. La afluencia está siendo elevanda.CEDIDA/Feria del Libro de Madrid/Gustavo Valiente. Los mapas que hay por toda la Feria señalan muy bien dónde cae cada caseta, en el paseo de Carruajes. Y aunque ya no hay megafonía (se eliminó por contaminación acústica) sí existen puestos de información donde personas específicamente situadas para ello, dan datos de una editorial, un distribuidor, hasta de títulos que se buscan y no se encuentran con facilidad.. Y si las firmas son el objetivo de la visita, mucha paciencia y un buen libro porque a veces algunos autores convocan a tantas personas que la espera es larga. Aunque merecerá la pena, al fin y al cabo, los visitantes buscan eso: libros y autógrafos.
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