Miguel Ángel Martínez-González denuncia que «las tabletas en la docencia son armas de distracción masiva» Leer
El epidemiólogo Miguel Ángel Martínez-González ha liderado algunos de los más grandes estudios epidemiólogos y tiene el Premio Nacional Gregorio Marañón, el más importante en la investigación médica en España. Catedrático de Salud Pública de la Universidad de Navarra y catedrático visitante en la Universidad de Harvard, ha hecho un pacto por escrito con sus alumnos para retirar los ordenadores portátiles de la clase y volver a tomar apuntes a mano: los estudiantes se lo han agradecido. En su libro 12 soluciones para superar los retos de las pantallas (Planeta), llama a los padres a poner en marcha una experiencia similar en casa, con aparcamiento para móviles y toque de queda digital. «Hay una epidemia de entontecimiento masivo por las pantallas», advierte.. ¿Los expertos que asesoraron al Gobierno en su ley antipantallas pidieron que se definieran los trastornos derivados del abuso de dispositivos electrónicos como un problema de salud pública. ¿Está de acuerdo?. Sí, esto es muy, muy serio. Las pantallas están trastornando la salud pública y lesionando muy gravemente a una generación entera, que tiene problemas de salud mental, de acoso y ciberacoso, de relaciones socioafectivas y de capacidad cognitiva: estos jóvenes van a estar en desventaja el resto de su vida y va a ser muy difícil que se recuperen. Lo que se ha hecho no tiene nombre, ha sido una salvajada sin precedentes. Se trata de un gravísimo problema de salud pública. Hay una epidemia inmensa de déficit de atención y de concentración, y de entontecimiento masivo por las pantallas. Porque hay pruebas de que se está reduciendo el coeficiente intelectual: se ha perdido más de un 5% de inteligencia en la última década.. ¿Este incremento de los problemas de salud mental puede deberse a que ahora haya más conciencia de estas patologías o a que personas con trastornos previos hagan un uso más compulsivo de la tecnología?. A los epidemiólogos nos interesa la inferencia causal, no las correlaciones, porque no somos estadísticos. Hemos demostrado la relación entre el consumo de tabaco y el cáncer de pulmón o entre patrones de comida basura y mayor riesgo de obesidad, diabetes o enfermedades cardiovasculares. Aplicamos una serie de postulados de causalidad que, cuando se aplican a un estudio observacional, pueden proporcionar evidencias causales. Y también hacemos estudios de intervención con asignación al azar y grupo de control, que son lo más lejos que se puede llegar para demostrar la causalidad. Dicho esto, no tengo ninguna duda de que la extensión del uso de los móviles con conexión a internet, los mal llamados teléfonos inteligentes, es una causa contribuyente al aumento sin precedentes de los problemas de salud mental en los jóvenes, una patología psiquiátrica como no se había visto nunca. A partir de la extensión del uso del smartphone, el suicidio empezó a superar a los accidentes de tráfico en la principal causa de mortalidad entre los jóvenes. Cualquiera que tenga hijos o que trabaje con menores ve cómo les está afectando. No saben escribir bien, hay problemas de aprendizaje y se ha producido una bajada de nivel en las universidades.. ¿Por qué, si son tan malos, los ordenadores portátiles sustituyeron a los libros de texto en los colegios?. Fue un error que se cometió cuando no existía la información que hay ahora. Los centros educativos estaban llenos de buenas intenciones. Pero ahora tenemos evidencia científica suficiente para decir que es una barbaridad y que no hay nada como el libro de texto de papel. Porque las pantallas empeoran el aprendizaje. Los alumnos tienen tantas ventanitas y formas de comunicarse entre ellos que no están centrados, no miran a la cara al profesor y durante la clase se mandan mensajes. Las tabletas y los chromebooks para la docencia son armas de distracción masiva. ¿Cómo va a poder competir la charla de un profesor con las notificaciones de las últimas ofertas de Zara?. ¿Lo ha notado en sus alumnos?. Sí, claro, pero también lo dicen otros profesores. No hay color entre eso y pasar a estudiar con libros de texto y apuntes a mano. No sólo se distrae el que usa el teléfono, sino que distrae a los demás y fastidia toda la clase.. ¿Cómo da usted las clases?. Llevo 30 años dando clases sin parar. Tenía a los alumnos empanados, distraídos y perdidos y hace cuatro años me las ingenié para que nadie tuviera una pantalla delante. A principio de curso propongo un pacto por escrito con ellos que aceptan de forma amable porque se dan cuenta de que también ganan. Consiste en diseñar juntos la asignatura. Tienen que rellenar un cuestionario en el que determinan si quieren ser ellos los que decidan el número de parciales, si les hago un control para subir nota los lunes, si les pongo en internet un simulador para ver el grado de dificultad de las pruebas, si les doy clases particulares gratuitas para resolver dudas o si cada día les facilito el resumen de lo explicado en clase. Pero todas estas ventajas son un producto que tiene un precio: nunca se pueden usar ni tabletas ni portátiles ni móviles en mi clase.. Pacto escrito que firma el catedrático con sus alumnos al comienzo de curso (está en inglés porque así da las clases).. ¿Y lo cumplen?. Esta política se aplica de manera rigurosa. Si alguien saca una pantalla, es expulsado de clase. Si ocurre más veces, desaparecen todos los privilegios y pongo los exámenes parciales como yo quiero.. ¿Ha expulsado a alguien de clase?. Sí, una o dos veces al año he tenido que decirle a alguien que se vaya de clase porque estaba usando el móvil. Son las reglas del juego y hay que respetarlas. Y no se ha repetido. Están agradecidos, más centrados y atentos.. Usted dice que los niños no deberían tener móvil hasta los 18 años. ¿No es demasiado tarde?. A los de salud pública, cuando decimos esto, nos toman por extraterrestres. Pero lo mismo ocurría antes cuando se fumaba en los aviones, y ahora nos parece racional que los espacios públicos estén libres de humo. En un futuro nos parecerá normal que no se pueda comprar un teléfono móvil con conexión a internet antes de los 18 años. ¿Por qué? Porque el cerebro de los niños y adolescentes todavía está en formación, es como cemento líquido en el que se queda para siempre todo lo que le pongas, por poca presión que ejerzas sobre él.. ¿No está de acuerdo, entonces, con que lo importante es educar en un uso responsable de los dispositivos?. Es que la corteza prefrontal de un chaval de 15 o 16 años no está preparada para competir con los algoritmos de las redes sociales, diseñados intencionadamente por los mejores informáticos y psicólogos del mundo para ser altamente adictivos y no dejarlos libres ni un minuto.. A los adultos también nos cuesta mucho estar sin mirar el móvil.. Y tenemos mucho más desarrollada la corteza prefrontal, que es la parte de nuestro cerebro que nos permite controlar y regular las apetencias instintivas. A nadie se le ocurre que los chavales de 15 años puedan votar o tener un negocio a su nombre. ¿Por qué? Porque no están preparados. Las leyes no son absurdas, pero internet no tiene ninguna norma de uso. Se puede tener acceso a cualquier edad a la pornografía más dura, cosas que ningún ser humano debería haber visto jamás, y los padres están en la inopia. Son hiperprotectores en lo físico e hiperpermisivos en lo digital, a pesar de que éste es un mundo mucho más pernicioso. Se preocupan de que sus hijos coman nueve frutas y verduras al día, pero no saben que en la habitación de al lado los niños están viendo zoofilia, incesto y violaciones en grupo.
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