Preocupa que la vía asamblearia de la dirigente madrileña colisione con el andaluz, que prefiere la lógica sanchopancesca de los compromisarios Leer
El domingo, pocas horas después de que Feijóo defendiera su «método» y apelara a la «centralidad» como único camino hacia La Moncloa, Ayuso se fotografió con el presidente anarcoliberal de Argentina, Javier Milei. «Nos entendemos muy bien». La centralidad y Milei tienen tantas similitudes como el huevo y la castaña, pero la imagen no levantó revuelo alguno en la dirección del PP, por la sencilla razón de que todos descuentan ya el perfil propio de la baronesa, más acerado y frontal que el de otros líderes territoriales como Juanma Moreno.. Génova no sólo sobrelleva razonablemente bien estas diferencias de tono y posicionamiento ideológico, sino que las considera positivas para su operación de «ensanche» del electorado. Al fin y al cabo, el PP aspira a aglutinar de nuevo a centristas, conservadores, liberales, democristianos y hasta ultras utilitaristas.. Pero una cosa es lo discursivo y otra muy diferente, lo orgánico. Las pugnas internas le dan calambre a la cúpula del PP. Cuando Ayuso pidió primarias directas, «un militante, un voto», las cabezas pensantes de Génova se echaron a temblar.. Lo último que les conviene es que el congreso del partido en julio cale en la opinión pública como una moción de censura a los militantes, silenciados por la proverbial lógica sanchopancesca de los compromisarios, tan dados a la ejecución acrítica y vertical de las órdenes.. En la sala de máquinas del PP ven «evidente que los dos» barones de mayor peso «están en campaña futura y en campaña de modelo de partido», como explica un alto cargo de Génova. «Uno», Moreno, enseñó sus credenciales templadas «con el abrazo a Salvador Illa» en la Conferencia de Presidentes del viernes y «otra», Ayuso, atrajo absolutamente todos los focos «con el plante de los pinganillos», que gustó mucho a los esencialistas.. «Con un congreso a un mes, hay mucho más escaparate para modelos y estilos y ellos dos lo están aprovechando claramente, aunque el debate sucesorio lo descartamos por completo, porque Feijóo va a gobernar, y lo hará en solitario», explican las fuentes.. En privado, hay barones que admiten resquemores, pero confían en que la votación de los compromisarios dicte sentencia y acalle los impulsos más acalorados de uno y otro espectros del partido. En la confianza de la privacidad, algunos chats de diputados y cargos territoriales han echado humo estos días contra la presidenta madrileña, por no seguir la «estrategia común» de los barones en la Conferencia de Presidentes, primero, y opacar a Feijóo el día de la manifestación, abriendo de par en par el debate sobre el modelo de elección de los presidentes del partido en el futuro, según los pantallazos a los que ha accedido EL MUNDO. «Ella tiene que ser la protagonista, no puede evitarlo». Claro que en el ala liberal del PP las loas eran muy superiores a dichas críticas.. ¿Quiere todo esto decir que hay ya una brecha orgánica en el principal partido de la derecha? No. El debate aún es muy incipiente y larvado. Y Génova se ha encargado de ponerle sordina por boca de Gamarra y Sémper. Ambos ejecutaron lo que en rugby se llama un garryowen. Una patada a seguir. «Hay que esperar» al borrador de la ponencia, que se presenta el día 18 y admitirá enmiendas. Quedan tres semanas para contentar a todos.. El temor de Génova es que el choque de las dos consabidas (y manidas) almas del PP eclipse la operación trampolín de Feijóo, que quiere hacer del congreso un punto y aparte de su «alternativa». Con nuevo equipo, nueva ponencia ideológica y nuevos estatutos. En estos dos últimos puntos está la cuestión. ¿Por qué? Porque Moreno y otros barones lindan por el centro con Page y prefieren neutralizar a Vox desde la moderación, mientras que las fronteras de Ayuso, que arrasa pisando los terrenos de Abascal, llegan hasta el vivalalibertadcarajo de Milei.. Los 3.200 compromisarios decidirán en el congreso de julio cómo se conjugan ambas vías. En Génova están convencidos de que votarán a favor del modelo que propone Feijóo y por el que se inclinan los ponentes: primarias para elegir a los compromisarios, y que éstos elijan presidente.. O sea, que, sobre el papel, Ayuso tiene las de perder, pero siempre pueden recurrir al truco dialéctico de otro periodista y político célebre, Leopoldo Romeo, quien en los años de Romanones recondujo su postura así: «No me ha entendido su señoría. Ya lo diré… ahora… luego… bueno, ya lo diré».. QUÉ ES SER DE IZQUIERDAS PARA EL PRESIDENTE DEL GOBIERNO. ¿Qué es para usted ser de izquierdas, presidente? La pregunta era pertinente y respuesta, cómo no, se fijó más en la contraposición con los rivales que en la descripción ideológica. «Gobernar en un momento en el que uno tiene que optar entre inventar el futuro para que la derecha gobierne el presente, o gobernar el presente para construir el fututo. Hay que tener el coraje político de gobernar y tomar decisiones y no refugiarse en cómo sería el futuro mientras la derecha gobierna el presente. Esto me parece ser de izquierdas». ¿Sánchez, en plena crisis de las cloacas? No, Felipe González. 1988.. EL PERIODISMO MILITANTE Y EL CHISTE DE LAS GAFAS. Uno creía que lo más mediocre en política era el «y tú también», ‘upgrade’ farisaico del «y tú más», pero ahora está brotando en las zonas borrosas de la pseudopolítica algo aún peor: que eso mismo lo diga un periodista en defensa de unas siglas. Hay una plaga de bufanderos de militancia que sólo buscan el empate amoral con los de enfrente. No serían mejores que Leire si ella dijera la verdad. Es como el chiste del tipo que entra al bar y, cuando el camarero le afea la vida disoluta y ludópata que lleva, y el historial de delincuencia de su familia, le contesta: «Pues anda que tú, con esas gafas…».
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