La libertad creativa de La Revuelta ha removido la televisión en el curso que ha concluido este jueves. Y así los de Broncano se han ido de vacaciones, permitiéndose grabar los últimos cuatro programas del tirón unos días antes e incluso romper con el orden cronológico pensado para el propio maratón de grabación. Tanto, que el episodio que se suponía que iba a ser la entrega del lunes, al final, ha sido el capítulo de la despedida.. Broncano parecía percatarse en directo que, al estar el teatro vacío de público y prácticamente en modo pandemia, podía ser un bajón arrancar así la semana. Y se ha permitido dar la vuelta a todo sobre la marcha, aunque el espectador desde casa no supiera ya qué estaba viendo.. Los que trabajaban con José Luis Moreno en Noche de Fiesta inciden en la habilidad del ventrílocuo para cambiar también el orden de su guion in extremis y, así, mantener la chispa del nervio bien despierta durante aquellas largas noches televisivas de varietés en trepidante directo. En su semana de adiós, Broncano ha hecho algo parecido, provocando un descoloque en el ojo del público menos fan de su show.. Poco, a priori, se parecen Moreno y Broncano, vale. Uno llenaba de un mogollón de bailarines su escenario, otro de una acumulación de regalos de sus seguidores e invitados. Aunque, al final, los éxitos que calan en la memoria colectiva suelen tener en común que cuentan detrás con una autoría que no se conforma. Y, desde luego, Broncano ha ejercido la autoría con la seguridad de marcar agenda propia en muchos sentidos, dijeran lo que dijeran. También apostando por invitados que no siempre tienen voz en las cadenas de televisión. Así un programa de estas características cobra más sentido en una tele pública, que debe alimentar ese entretenimiento que divierte con el valor añadido de la inspiración.. Mejor si es con ese riesgo que ayuda a que la tele crezca y no se quede enquistada en sus propios prejuicios. Ellos son osados, no hay duda. Ahora toca que los atrevimientos creativos no parezcan que son improvisaciones para acabar el trabajo antes (dinámica que si se tuerce en repetitiva alimenta la antipatía y desmotivación en la audiencia) y que brille más la inversión con ideas que alberguen, reúnan y aprendan de la espontaneidad de la diversidad que conforma la sociedad. Así comenzaron, con esa ilusión que supuso la acogida de lo diferente. Y se han ido con Broncano delegando en Joaquín Reyes un discurso de ‘adiós’ hasta el 8 de septiembre. Joaquín hablando a un auditorio vacío como solo un gran cómico sabe hacer: llenando el primer plano con la expresividad que es capaz de transformar la agonía del silencio de la soledad en la esperanza de una sonrisa cómplice.. Esto ha sido La Revuelta. Hasta septiembre 👋🏻. Gracias, Joaquín #LaRevuelta pic.twitter.com/c215rgT4BW. — La Revuelta (@LaRevuelta_TVE) July 10, 2025
Broncano ha ido descolocando el orden del último programa que debía ser el primero de la semana.
La libertad creativa de La Revuelta ha removido la televisión en el curso que han concluido este jueves. Y así los de Broncano se han ido de vacaciones, permitiéndose grabar los últimos cuatro programas del tirón unos días antes e incluso romper con el orden cronológico pensado para el propio maratón de grabación. Tanto, que el episodio que se suponía que iba a ser la entrega del lunes al final ha sido el capítulo de la despedida.. Broncano parecía percatarse en directo que, al estar el teatro vacío de público y prácticamente en modo pandemia, podía ser un bajón arrancar así la semana. Y se ha permitido dar la vuelta a todo sobre la marcha, aunque el espectador desde casa no supiera ya en dónde estaba.. Los que trabajaban con José Luis Moreno en Noche de Fiesta inciden la habilidad del ventrílocuo para cambiar también el orden de su guion y, así, mantener la chispa del nervio despierta durante aquellas noches televisivas de varietés en trepidante directo. En su semana de adiós, Broncano ha hecho algo parecido, provocando un descoloque en el ojo del público menos fan.. Poco, a priori, se parecen Moreno y Broncano, vale. Uno llenaba de mogollón de bailarines su escenario, otro de regalos de sus seguidores. Aunque, al final, los éxitos que calan en la memoria colectiva suelen tener en común que cuentan detrás con una autoría que no se conforma. Y, desde luego, Broncano ha ejercido la autoría con la seguridad de marcar agenda propia en muchos sentidos, dijeran lo que dijeran. También apostando por invitados que no siempre tienen voz en las cadenas de televisión. Así un show de estas características cobra más sentido en una tele pública, que debe alimentar ese entretenimiento que divierte inspirando mientras nos muestra cómo somos.. Y el riesgo es el que ayuda a que la tele crezca. Ellos son osados. Está Ahora de cara a la nueva temporada está que los atrevimientos creativos no parezcan que son improvisaciones para acabar el trabajo antes y que la inversión brille mejor acogiendo y aprendiendo de la diversidad que conforma la sociedad. Así comenzaron con esa ilusión que supuso la acogida de lo diferente. Y se han ido con Broncano delegando en Joaquín Reyes un discurso de despedida. Joaquín hablando a un auditorio vacío como solo un gran cómico sabe hacer: llenando el primer plano con la expresividad que es capaz de transformar la agonía del silencio de la soledad en la esperanza de una sonrisa cómplice.
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