Hasta hace unas semanas, el presidente del Gobierno defendía a su secretario de Organización tras acusar al PP de dedicarse a «difamarlo» Leer
En su Manual de resistencia, Pedro Sánchez dedica una mención especial al momento en el que Santos Cerdán (Milagro, 1969) informa a la prensa de la «escandalosa» cifra de 57.369 avales de la militancia del PSOE que habían reunido en apoyo a su candidatura para las primarias en las que le disputó el control del partido a Susana Díaz en 2017. El político navarro era uno de los dos únicos colaboradores del hoy presidente del Gobierno que conocía lo que hasta dicha comparecencia había sido un secreto y desde entonces la confianza entre ambos se había mantenido inquebrantable. Hasta hoy.. Hasta hace tan sólo unas semanas, Sánchez había salido en defensa de Cerdán, de quien llegó a afirmar con rotundidad en el Congreso que era una «persona honesta», al tiempo que acusó al PP de dedicarse a «difamarlo». Lo hacía cuando se empezaba a hablar de la inminente publicación de un informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil con supuestas conversaciones que lo involucrarían en el presunto amaño de adjudicaciones públicas a cambio de comisiones ilegales. Hoy se ha conocido dicho informe, en el que la Guardia Civil describe una organización criminal en la cúpula del PSOE y a Santos Cerdán como «la persona encargada de gestionar los presuntos pagos».. Horas después de conocerse ese informe, Santos Cerdán ha presentado su dimisión como secretario de Organización del PSOE y ha renunciado a su acta de diputado, con lo que pierde asimismo el aforamiento. En su carta de renuncia, Cerdán asegura que dimite «en defensa de este partido al que tanto debe este país, y de este Gobierno».. El hasta ahora secretario de Organización del PSOE era uno de los contados militantes que acompañaron a Sánchez en su reconquista del liderazgo de Ferraz a bordo del célebre Peugeot 407 con el que recorrió España que hasta ahora, ocho años después, aún permanecían en su núcleo duro. Además se había convertido en la clave de bóveda de una legislatura marcada por la inestabilidad parlamentaria y la dependencia agónica de Junts.. Cerdán, de hecho, ya empezó a allanar el terreno de un eventual futuro acuerdo con la formación de Carles Puigdemont en marzo de 2023, dos meses antes de las elecciones autonómicas y cuatro antes de las generales. Con la mediación del PNV, se citó en un caserío en los alrededores de Bilbao con Jordi Turull, la persona de confianza del ex president catalán, para «iniciar un deshielo de las relaciones» rotas desde la declaración unilateral de independencia de 2017, un encuentro en el que se conocieron e intercambiaron los teléfonos, según reveló Andoni Ortuzar después de que Sánchez fuera investido con el apoyo de los neoconvergentes.. Reacio a la exposición pública, el número tres de los socialistas se vio abocado a renunciar a su papel de discreto fontanero para fotografiarse con Puigdemont bajo una imagen con urna de la consulta ilegal del 1-O que Ferraz recortó en los recursos gráficos que envió a la prensa. Aquella puesta en escena fue el punto final de las negociaciones para que los siete diputados de Junts votaran a favor de la investidura con un pacto que incluía la amnistía para los encausados por el procés, un verificador internacional y abrir una vía para avanzar en el reconocimiento nacional de Cataluña.. Desde entonces Cerdán ha encabezado la delegación del PSOE que se desplaza periódicamente a las reuniones en el extranjero para supervisar el cumplimiento del acuerdo y negociar nuevas cesiones. Era el representante de Sánchez en el que confían los independentistas. «Ha salvado los muebles», le escribió Turull el día de la investidura después de que el presidente leyera una medida intervención en el Congreso para contentar al partido separatista hablando de «conflicto político» en Cataluña y evitar que la votación descarrilara por su abstención.. El hasta ahora diputado navarro era, además, el artífice de la «normalización» de las relaciones con Bildu que comenzó con la negociación del Gobierno de María Chivite en su comunidad natal y acabó exportándose geográficamente hasta el punto de que los abertzales han pasado a ser uno de los socios más fiables de la coalición con Sumar. Esta política de pactos con formaciones nacionalistas e independentistas ha causado un cisma ideológico interno con los defensores del socialismo clásico que, tras la remodelación de liderazgos regionales para «alinear» al partido con Ferraz, prácticamente tiene ya sólo al castellanomanchego Emiliano García-Page como representante.. Aun así, la labor de Cerdán como responsable de engrasar la maquinaria del partido ha sido reconocida de forma muy generalizada entre las federaciones socialistas, donde se le valora su capacidad para mantener «cauces de diálogo abiertos» con todos los territorios a pesar de las «discrepancias». Un sector del partido coincide en que lo que realmente ha empañado su hoja de servicios ha sido su vinculación con Koldo García Izaguirre: él fue quien introdujo en el círculo de confianza de Sánchez en aquellas primarias de 2017 a quien ha acabado dando nombre a una trama que ha supuesto un caso de corrupción en este Gobierno.. Todo comenzó a torcerse en el camino de Cerdán cuando Víctor de Aldama declaró en la Audiencia Nacional que Koldo le había entregado 15.000 euros en un sobre cerrado en un bar de la calle Ferraz de Madrid. Cerdán se ha querellado contra el empresario de forma colectiva con el resto de compañeros de filas a los que el considerado como «nexo corruptor de la trama» señaló también por haberse beneficiado supuestamente de mordidas pagadas por compañías a cambio de favores.. La acusación de Aldama se produjo a escasos 10 días del Congreso Federal de los socialistas en el que Cerdán fue reconfirmado como secretario de Organización. De no haberse producido ese señalamiento púbico, varios dirigentes consultados por este periódico creen que habría sido relevado tras quedar «tocado» por ser quien introdujo a Koldo en el partido y «se lo puso en suerte» a José Luis Ábalos, que ha acabado imputado por pertenencia a organización criminal, tráfico de influencias, cohecho y malversación.. Pero igual que Ferraz dejó caer al ex ministro de Transportes expulsándolo incluso antes de que hubiera contra él el más mínimo «reproche penal», el cierre de filas ha sido hasta este mismo jueves total con Cerdán, que formó parte del reducido núcleo de colaboradores que acompañaron a Sánchez la noche de la debacle electoral de las autonómicas de 2023 en la que se acordó adelantar las generales y al que, tras su periodo de reflexión de cinco días, comunicó unos minutos antes de hacerla pública su decisión de seguir. En Moncloa aseguraban hace unas semanas que «por supuesto» que les valían las explicaciones que había dado sobre el contenido de ese informe de la UCO y así quiso escenificarlo el propio presidente en el Congreso poniendo la mano en el fuego por una «persona honrada».
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Hasta hace unas semanas, el presidente del Gobierno defendía a su secretario de Organización tras acusar al PP de dedicarse a «difamarlo» Leer