Si usted, lector o lectora, cree que los Airbnb son cosa moderna, podría decirse que se equivoca, al menos en parte. El turismo masivo que se conoce hoy como el gran negocio de todos los tiempos no siempre fue así; de hecho, incluso, resultaba a finales del siglo XIX una experiencia placentera y casi solitaria, al alcance de intelectuales y de una burguesía cultivada que necesitaba conocer mundo para entender el suyo, a unos lustros de meterse en una gran guerra.. Una novela con muchos sonidos habla de ello, de lo que pasaba en 1893, a las puertas de un siglo que iba a arder dos veces, por lo menos. Todo empieza en la Gare de Lyon de París, si bien en un cambio de guion, los periodistas convocados se encuentran en el bonito museo del Ferrocarril de Madrid, a bordo de un vagón que reproduce detalles que evocan la idealizada Belle Époque. Van a asistir a la presentación de un libro que transcurre en ese periodo convulso y hermoso, y que habla de viajes, amor y música: Sonó un violín en París (Espasa).. Su autora, la joven barcelonesa María Reig (1992), da un salto cualitativo, no solo porque cambia de editorial y eso siempre es un vértigo para los creadores, sino porque recurre a otra extensión más ‘breve’ que la acostumbrada en anteriores títulos suyos, con los que ha vendido 100.000 ejemplares (Papel y tinta -que sufragó mediante una campaña de crowdfunding-, Una promesa de juventud y Los mil nombres de la libertad).. Lo que no deja de lado es su pasión por la historia y su objetivo como autora: llegar a un público menor de 35 en un género que se considera de ‘mayores’, la novela histórica.. En su nuevo título, un grupo de nueve personajes organizados por el escritor Guillermo Bogarín parte de la estación Lyon de París para emprender un tour de dos meses por Centroeuropa.. Todos ellos (inventados, pero con características que les harían creíbles en la sociedad de entonces), entre los que hay un arquitecto y una violinista, tienen motivos personales, que se adentran también en el secreto, para realizar este recorrido que les cambiará la existencia para siempre. «Vamos por la vida en modo automático y me gustaba la idea del viaje como forma de tomar distancia de la rutina y como punto de inflexión para tomar las riendas de tu vida», ha explicado la autora.. La violinista, Clara, ejerce un poderoso papel, por cuanto le da a la mujer un papel relevante, como profesional e inmersa en una encrucijada existencial en un mundo dominado por los músicos hombres.. Reig se ha documentado con manuales de historia, artículos académicos, visitas a museos, desde el MET de Nueva York al Victoria and Albert de Londres y el del Ferrocarril de Madrid, además de sus propios recuerdos de estudiante en el Interrail -en particular su paso por Florencia, que considera el germen de su idea- y, lo más destacado, las primeras guías turísticas de ese tiempo, las Baedeker.. Este libro surgió por su amor a los viajes y a la música, ha contado Reig en su presentación. «También para hacer catarsis de experiencias personales recientes. Y para enseñar que viajar por Europa no estaba masificada de turismo y no había gente haciéndose selfies a cada paso».. Sonó un violín en París (a la venta desde el 8 de enero) es, pues, un viaje coral, físico y emocional, por la Europa de la Belle Époque, previa a la gentrificación turística y en plena eclosión cultural e industrial del viejo continente. Y muy coral. «Es muy importante el perfil de los personajes. Solo así se puede explicar cómo son esas personas. Que surjan afinidades, rechazos, indiferencia.. Es un viaje de transformación interna».. Reig sitúa su novela en la Belle Époque por diversas razones: «Hay elementos de ella que se parecen a la época actual. Nos ubica en ese periodo. Allí brotan aspectos de la modernidad, como primeros los experimentos con la automoción, generalización de los transportes, electricidad… Y el momento de efervescencia cultural en muchos aspectos: Art nouveau, la corriente realista en novela, el impresionismo, el simbolismo… También hay incertidumbre», reconoce, un aspecto que sale en las páginas de la novela, no solo fraternal con la belleza de monumentos y paisajes, sino también en lucha con los sentimientos y problemas de sus protagonistas.. Reig considera igualmente que su nuevo título es una manera para abordar conflictos relacionados con la salud mental, desde las relaciones abusivas a la represión de identidad y la lucha por la libertad artística y personal, temas que pueden interesar a un lector joven.. «Están los elementos que van a marcar las dos guerras, que no se pueden explicar sin ir a este periodo. Tensión silenciosa en el que los países entran en competición, un pulso económico e industrial. Hay un antisemitismo voraz».. ¿Y por qué París? Sencillamente, porque a su autora le fascina. «Es fácil encontrar acontecimientos y escenas allí. Me parecía que era el mejor lugar de arranque. Es una ciudad que está tomando el relevo a Viena. Quería encapsular la idea de que en 1893 todo era posible en París». España no está en el circuito del grand tour que emprenden los personajes, aunque sí tiene presencia a través de los tres protagonistas destacados, que son nacidos en nuestro país y van dando pinceladas de su situación económica y de su intelectualidad.. Apasionada por la historia del XIX porque ofrece «muchas claves para entender el mundo actual», Reig huye de la nostalgia y de romantizar el pasado: «Como mujer tengo la certeza de que vivo en la mejor época», ha asegurado. Y se define como una viajera meticulosa que se está dejando fluir en busca de la espontaneidad.. Reig considera que la manera en que aborda conflictos relacionados con la salud mental, desde las relaciones abusivas a la represión de identidad o la lucha por la libertad artística y personal, puede interesar a un lector joven.. La inquietud de Reig, licenciada en periodismo y actualmente estudiante de Historia, pasa por lecturas tan variopintas como Guerra y paz, La sombra del viento, Orgullo y prejuicio, los libros de Sally Rooney y Umberto eco o El tiempo entre costuras.
La escritora se adentra en el fin del XIX para realizar un gran viaje con una corte de personajes… y sus secretos
Si usted, lector o lectora, cree que los Airbnb son cosa moderna, podría decirse que se equivoca, al menos en parte. El turismo masivo que se conoce hoy como el gran negocio de todos los tiempos no siempre fue así; de hecho, incluso, resultaba a finales del siglo XIX una experiencia placentera y casi solitaria, al alcance de intelectuales y de una burguesía cultivada que necesitaba conocer mundo para entender el suyo, a unos lustros de meterse en una gran guerra.. Una novela con muchos sonidos habla de ello, de lo que pasaba en 1893, a las puertas de un siglo que iba a arder dos veces, por lo menos. Todo empieza en la Gare de Lyon de París, si bien en un cambio de guion, los periodistas convocados se encuentran en el bonito museo del Ferrocarril de Madrid, a bordo de un vagón que reproduce detalles que evocan la idealizada Belle Époque. Van a asistir a la presentación de un libro que transcurre en ese periodo convulso y hermoso, y que habla de viajes, amor y música: Sonó un violín en París (Espasa).. Su autora, la joven barcelonesa María Reig (1992), da un salto cualitativo, no solo porque cambia de editorial y eso siempre es un vértigo para los creadores, sino porque recurre a otra extensión más ‘breve’ que la acostumbradaen anteriores títulos suyos, con los que ha vendido 100.000 ejemplares (Papel y tinta -que sufragó mediante una campaña de crowdfunding-, Una promesa de juventud y Los mil nombres de la libertad).. Lo que no deja de lado es su pasión por la historia y su objetivo como autora: llegar a un público menor de 35 en un género que se considera de ‘mayores’, la novela histórica.. En su nuevo título, un grupo de nueve personajes organizados por el escritor Guillermo Bogarín parte de la estación Lyon de París para emprender un tour de dos meses por Centroeuropa.. Todos ellos (inventados, pero con características que les harían creíbles en la sociedad de entonces), entre los que hay un arquitecto y una violinista, tienen motivos personales, que se adentran también en el secreto, para realizar este recorrido que les cambiará la existencia para siempre. «Vamos por la vida en modo automático y me gustaba la idea del viaje como forma de tomar distancia de la rutina y como punto de inflexión para tomar las riendas de tu vida», ha explicado la autora.. La violinista, Clara, ejerce un poderoso papel, por cuanto le da a la mujer un papel relevante, como profesional e inmersa en una encrucijada existencial en un mundo dominado por los músicos hombres.. ‘Sonó un violín en París’ es la cuarta novela de María Reig.Cedida/Espasa. Reig se ha documentado con manuales de historia, artículos académicos, visitas a museos, desde el MET de Nueva York al Victoria and Albert de Londres y el del Ferrocarril de Madrid, además de sus propios recuerdos de estudiante en el Interrail -en particular su paso por Florencia, que considera el germen de su idea- y, lo más destacado, las primeras guías turísticas de ese tiempo, las Baedeker.. Este libro surgió por su amor a los viajes y a la música, ha contado Reig en su presentación. «También para hacer catarsis de experiencias personales recientes. Y para enseñar que viajar por Europa no estaba masificada de turismo y no había gente haciéndose selfies a cada paso».. Sonó un violín en París (a la venta desde el 8 de enero) es, pues, un viaje coral, físico y emocional, por la Europa de la Belle Époque, previa a la gentrificación turística y en plena eclosión cultural e industrial del viejo continente. Y muy coral. «Es muy importante el perfil de los personajes. Solo así se puede explicar cómo son esas personas. Que surjan afinidades, rechazos, indiferencia.. Es un viaje de transformación interna».. Reig tiene 34 años.Hugo G. Pecellín. Reig sitúa su novela en la Belle Époque por diversas razones: «Hay elementos de ella que se parecen a la época actual. Nos ubica en ese periodo. Allí brotan aspectos de la modernidad, como primeros los experimentos con la automoción, generalización de los transportes, electricidad… Y el momento de efervescencia cultural en muchos aspectos: Art nouveau, la corriente realista en novela, el impresionismo, el simbolismo… También hay incertidumbre», reconoce, un aspecto que sale en las páginas de la novela, no solo fraternal con la belleza de monumentos y paisajes, sino también en lucha con los sentimientos y problemas de sus protagonistas.. Reig considera igualmente que su nuevo título es una manera para abordar conflictos relacionados con la salud mental, desde las relaciones abusivas a la represión de identidad y la lucha por la libertad artística y personal, temas que pueden interesar a un lector joven.. «Están los elementos que van a marcar las dos guerras, que no se pueden explicar sin ir a este periodo. Tensión silenciosa en el que los países entran en competición, un pulso económico e industrial. Hay un antisemitismo voraz».. ¿Y por qué París? Sencillamente, porque a su autora le fascina. «Es fácil encontrar acontecimientos y escenas allí. Me parecía que era el mejor lugar de arranque. Es una ciudad que está tomando el relevo a Viena. Quería encapsular la idea de que en 1893 todo era posible en París». España no está en el circuito del grand tour que emprenden los personajes, aunque sí tiene presencia a través de los tres protagonistas destacados, que son nacidos en nuestro país y van dando pinceladas de su situación económica y de su intelectualidad.. Apasionada por la historia del XIX porque ofrece «muchas claves para entender el mundo actual», Reig huye de la nostalgia y de romantizar el pasado: «Como mujer tengo la certeza de que vivo en la mejor época», ha asegurado. Y se define como una viajera meticulosa que se está dejando fluir en busca de la espontaneidad.. Reig considera que la manera en que aborda conflictos relacionados con la salud mental, desde las relaciones abusivas a la represión de identidad o la lucha por la libertad artística y personal, puede interesar a un lector joven.. La inquietud de Reig, licenciada en periodismo y actualmente estudiante de Historia, pasa por lecturas tan variopintas como Guerra y paz, La sombra del viento, Orgullo y prejuicio, los libros de Sally Rooney y Umberto eco o El tiempo entre costuras.
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