La vida de Martín Caparrós (Buenos Aires 1957) es una larguísima crónica. Está narrada con nomadismo, curiosidad, amores, algo de romanticismo, certezas, debilidades, opiniones y hechos, toda ella tejida con los hilos de una escritura refinada y afilada, como su propia personalidad. Caparrós, que se ha sentado en muchas redacciones, atento a la actualidad que otros generan, lo hace ahora en una silla de ruedas, sometido por su propia realidad. Un artefacto que lo lleva y lo trae por los recovecos de una enfermedad que le fue diagnosticada hace unos años, tras una tonta caída de bicicleta, y que ha seguido su camino cruel: Esclerosis lateral amiotrófica (ELA).. «Es raro que te digan que estás condenado. Quizás fue menos raro porque fueron diciéndomelo, sin querer, de poco a poco: cada vez que una hipótesis fallaba, la más brutal creía otro tanto. Hasta ese día en que te dicen claramente: ‘mire, lo que usted tiene es tal. Lo siento tanto'». Así empieza su último libro Antes que nada (Random House), que no es un relato sobre su mal, sino unas memorias propiciadas por la urgencia.. «Nunca creí que valiera la pena escribir sobre mí. ¿Por qué ahora sí? Supongo que la llegada de la muerte justifica muchas cosas», escribe sin nostalgia, si acaso, más cabal que nunca.. Caparrós, afincado definitivamente en Madrid, mantiene su tono sensato, lúcido y condescendiente con lo que pasa. Sigue trabajando, como comprobamos cuando nos atiende por teléfono: «Estaba terminando unas cosas», apunta antes de responder a esta entrevista, en la que habla de su personalísimo y agudo libro y anuncia lo más importante para una persona, dice él, desahuciada: que todavía tiene planes y ganas.. Mis libros tienen que ver con lo global, que es lo contrario a la mirada de lo absolutamente particular. Si alguna vez tuviera las respuestas a todas las preguntas, ahí sí me tiraría por un barranco. Escribí este libro al recibir un diagnóstico muy duro y ante la eventual proximidad del final quise volver a recorrer mi vida. Estoy lleno de historias que me habría gustado contar, pero no pude hacerlo o no tuve acceso a ellas. Soy escritor y ahora sé que no soy nada, pero de todas maneras, era lo quería ser y pude serlo
Entrervista a Martín Caparrós por Antes que nada
La vida de Martín Caparrós (Buenos Aires 1957) es una larguísima crónica. Está narrada con nomadismo, curiosidad, amores, polémicas, certezas, debilidades, opiniones y hechos, toda ella tejida con los hilos de una escritura refinada y afilada, como su propia personalidad. Caparrós, que se ha sentado en muchas redacciones, atento a la actualidad que otros generan, lo hace ahora en una silla de ruedas, sometido por su propia realidad. Un artefacto que lo lleva y lo trae por los recovecos de una enfermedad que le fue diagnosticada hace unos años, tras una tonta caída de bicicleta, y que ha seguido su camino cruel: Esclerosis lateral amiotrófica (ELA).. «Es raro que te digan que estás condenado. Quizás fue menos raro porque fueron diciéndomelo, sin querer, de poco a poco: cada vez que una hipótesis fallaba, la más brutal creía otro tanto. Hasta ese día en que te dicen claramente: ‘mire, lo que usted tiene es tal. Lo siento tanto'». Así empieza su último libro Antes que nada (Random House), que no es un relato sobre su mal, sino unas memorias propiciadas por la urgencia.. «Nunca creí que valiera la pena escribir sobre mí. ¿Por qué ahora sí? Supongo que la llegada de la muerte justifica muchas cosas», escribe sin nostalgia, si acaso, más cabal que nunca.. Caparrós, afincado definitivamente en Madrid, mantiene su tono sensato, lúcido y condescendiente con lo que pasa. Sigue trabajando, como comprobamos cuando nos atiende por teléfono: «Estaba terminando unas cosas», apunta antes de responder a esta entrevista, en la que habla de su personalísimo y agudo libro y anuncia lo más importante para una persona, dice él, desahuciada: que todavía tiene planes y ganas.. ¿Cómo se encuentra en estos momentos? Usando su humor, ¿todavía puede rizarse el bigote?No puedo caminar, y mis brazos no están tan bien como querría. Fuera de eso, el resto está normal, aprovecho, porque esto se va terminando poco a poco. Y sí, todavía, por ahora, puedo seguir rizándome el bigote.. Mis libros tienen que ver con lo global, que es lo contrario a la mirada de lo absolutamente particular. Es, a pesar de todo, un libro lleno de humor, desafiante con la desgracia y al mismo tiempo, muy centrado en la vida.Sí, intento tener un buen humor controlado, aplicar la inteligencia, que se sustenta en el humor. Lo intento, pero no siempre me sale. Agradezco el elogio, pero no sé si es mejor o peor que otros; tampoco he tratado de comparar lo que hago con lo que hacen otros.. Cuando alguien vive en tantos lugares y trabaja en medio mundo, ¿de dónde se siente realmente?Soy argentino, nací allí y viví dos tercios de mi vida. Tengo un vínculo estrecho con España, donde nació mi padre y donde he vivido ya como 20 años. Estos son mis dos países básicos. Por otro lado, a veces, me llaman hispanoargentino. El otro día me llamaron eso. Me estaban dando un premio y me presentaron como hispanoargentino. Y me acordé de cuando los argentinos decimos a un uruguayo, si nos va bien, que es rioplatense. Y, por otro lado, he tratado de mirar el mundo siempre. En muchos casos, los latinoamericanos, por un lado, y los españoles, por otro, nos da como pudor mirar lo global. Le dejamos esto a los norteamericanos, a los franceses, a los británicos, a los alemanes. Nos parece que nosotros tenemos que dedicarnos más a nuestro rincón. Yo no creo eso y por ello he trabajado. Varios de mis libros tienen que ver con mi mirada sobre lo global, que es lo contrario a la mirada sobre lo más absolutamente particular.. Si alguna vez tuviera las respuestas a todas las preguntas, ahí sí me tiraría por un barranco. ¿Han sido la literatura y el periodismo la respuesta a todas sus preguntas en esta vida?No, pero si alguna vez tuviera las respuestas a todas las preguntas, ahí sí que me tiraría por un barranco. Para mí, lo único interesante y realmente estimulador que yo conozco es la duda y la pregunta. Sería como de terror tener todas las respuestas.. ¿Qué le queda por hacer o qué le gustaría haber hecho?Me quedan muchas, muchas cosas. Todo me intriga, todo me produce curiosidad. En este momento raro del mundo, me gustaría saber cómo va a continuar, por ejemplo, la situación de los gobiernos de extrema derecha, o la conciencia o no de la crisis climática. O la influencia que las nuevas tecnologías van a seguir teniendo en nuestras vidas. O cómo le va a ir a mi mujer (la periodista Marta Nebot) con lo que escriba. Hay un montón de cosas que me interesan y que me gustaría saber, aunque la mayoría seguramente no las sabré.. Caparrós nació en Buenos Aires hace 67 años.alvarodelgado.com. Gobiernos de extremos políticos, recientemente una DANA feroz, corrupción, conflictos, su propio presidente, Milei, que amenaza con más mano dura… ¿Qué le sugiere a un escritor este panorama social?Me sugiere que estamos en un momento en que necesitamos opciones nuevas sobre el futuro que nos intereses y que nos atraigan lo suficiente como para pensar que vale la pena construirlas. Da la sensación de que estamos en un modo totalmente defensivo, no nos gusta nada de lo que nos sucede, pero no sabemos con qué reemplazarlos. Y lo reemplazamos con tonterías o con extremistas como el argentino o con gobiernos totalmente incompetentes como el valenciano. No sabemos qué queremos. Estamos en una época de la historia en que no sabemos qué queremos. Esto es lo que más me impresiona.. Escribí este libro al recibir un diagnóstico muy duro y ante la eventual proximidad del final quise volver a recorrer mi vida. ¿Por qué empezó este libro? ¿Cree que sería el último? No, el último no. Yo sigo escribiendo. Creí que era un momento en que no sabía si lo publicaría. Empecé a escribirlo porque recibí un diagnóstico muy duro y ante la eventual proximidad del final quise volver a recorrer lo que había sido mi vida. Y trabajé sin pensar que lo publicaría, no tenía la sensación de que era para eso. Era más un libro porque yo quería hacer ese recorrido. Y en muchos momentos pensé que se publicaría cuando yo me muriera. Pero después lo terminé y en algún momento me dieron ganas de publicarlo. Y esas referencias al último libro tienen más que ver con la idea de que no lo publicaría. De hecho, tengo más para sacar, sigo produciendo todo lo que puedo, que es de las cosas que más me gusta hacer.. Estoy lleno de historias que me habría gustado contar, pero no pude hacerlo o no tuve acceso a ellas. Cuántas cosas no ha contado en una crónica y cuántas le habría gustado contar que no han pasado o han contado otros?Estoy lleno de historias que me habría gustado contar, pero o no pude hacerlo o no tuve acceso a ellas. No me he guardado nada particular. Si lo pude contar es casi un azar. El mundo está tan lleno de historias, problemas y cuestiones que a uno le puede tocar por suerte el 0,0001% de eso. Así que… qué sé yo. Me da, dentro de eso, cierta satisfacción haber podido, si acaso, elegir un par de temas que me parecían importantes, como el hambre en el mundo, que es ahora América Latina. Pero, por supuesto, hay tantas cosas…. Martín Caparros está casado con la periodista Marta Nebot.CEDIDA/Random House. ¿Qué espera del futuro?Soy una especie de optimista a mediano plazo. Estudié Historia y si hay algo que veo claro es que el mundo, desde que empezamos a conocerlo, ha ido mejorando en muchas cosas, en casi todo. Hace 300 años uno podía ser dueño de personas, o sea, aceptaba la esclavitud. Y hace 150, a una mujer ni siquiera se le habría ocurrido votar. Y ahora es ridículo pensar que una mujer no puede votar. Hay una cantidad de progresos de todo tipo que hay que pensar que en el medio plazo vamos a seguir en esa dirección. No hay una buena razón para pensar que si de siglo en siglo vamos mejorando, de repente esto se acabe. Y eso es útil cuando uno mira las cosas desde un poco más lejos. En el día a día hay muchas cosas que te molestan, te cabrean, te desaniman. Y quizás no sirve para mucho pensar que quizás dentro de 15 años todo esto va a estar mejor, pero yo sigo creyéndolo.. ‘Antes que nada’ está editado por Random House.CEDIDA. Soy escritor y ahora sé que no soy nada, pero de todas maneras, era lo quería ser y pude serlo. Y parafraseándole, ¿qué carajo cree que ha hecho con su vida?Me gustó, me lo pasé bien, me lo sigo pasando bien. Pensaba que ser escritor era lo mejor que podía pasar. Soy escritor y ahora sé que no soy nada, pero de todas maneras, era lo que quería ser y pude serlo.
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