Israel ha estado armando a milicias yihadistas «asociadas al Estado Islámico» en Gaza con el objetivo de socavar la hegemonía de Hamás en el enclave e impulsar la oposición a la organización palestina. Así lo ha denunciado este jueves el exministro de Defensa israelí y actualmente diputado de la oposición en el Parlamento israelí, Avigdor Lieberman, en la radio pública israelí. Unas acusaciones que la oficina del primer ministro no desmintió en un primer momento —aseguró que se «trabaja para derrotar a Hamás por diversos medios», y qué fuentes de defensa corroboraron al periódico The Times of Israel.. La filtración obligó horas después al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, a admitirlo en sus cuentas sociales. «Movilizamos clanes en Gaza rivales de Hamás. ¿Qué tiene de malo?» fijo Netanyahu en un vídeo publicado en su cuenta de X. «Es solo bueno. Salva vidas de los soldados».. La información de Lieberman apuntaría a un nuevo grupo armado gazatí que usa el nombre de ‘Fuerzas Populares’, islamistas y liderados por Yasser Abu Shabab, un miliciano que se opone al gobierno de Hamás, y que según Lieberman «están identificados con el Estado Islámico». La banda habría sido detectada en los últimos días en la zona fronteriza de Kerem Shalom (controlada por Israel), y en un vídeo publicado por la propia banda, se puede ver a milicianos con uniformes portando la bandera palestina y la inscripción «Mecanismo Antiterrorista».. Según fuentes gubernamentales al citado diario israelí, la decisión habría sido tomada, como denunciaba Lieberman, de forma unilateral por Benjamin Netanyahu, sin aprobación de su gabinete y liderada por los organismos de seguridad del Estado hebreo. El clan de Abu Shabab, acusado en el pasado de saquear envíos de ayuda humanitaria, estaría ahora colaborando puntualmente con las fuerzas israelíes.. Netanyahu dice que la estrategia está respaldada por los oficiales de seguridad y acusa a Lieberman —quien fue ministro de Defensa entre 2016 y 2018 cuando Netanyahu también era primer ministro— de poner en riesgo la operación al hacerla pública. «Revelar esta información solo beneficia a Hamás», sostiene.. La banda de Abu Shahab (de unos 300 soldados) ya habría entrado en combate con Hamás en diferentes ocasiones -como mostró la propia milicia gazatí en vídeos-, e incluso se ha vinculado también a la Autoridad Palestina de reclutar miembros para el clan. Abrió recientemente un perfil en la red social X, en la que acusan a Hamás de «masacrar civiles inocentes» en puntos de ayuda humanitaria en Rafah, una cuestión que aún se investiga y que provocó, desde el miércoles, el cierre los centros de distribución de la Gaza Humanitarian Foundation apoyada por Israel y Estados Unidos.. El pasado 21 de mayo, el propio Netanyahu reconoció que su gobierno permitió, en 2018, que Qatar transfiriera fondos a Hamás, con el objetivo de dividir el movimiento palestino y socavar a la Autoridad Nacional Palestina (que administra Cisjordania), afirmando que su gobierno lo hizo siguiendo «recomendaciones del Shin Bet y el Mossad (las agencias de inteligencia israelíes)».. Hamás pierde apoyo entre los gazatíes. Esta estrategia israelí no es fruto de la casualidad: desde hace varios meses, Hamás acusa un desgaste de legitimidad para la población gazatí, que sufre las consecuencias de la fuerte crisis humanitaria que asola la Franja desde el inicio de la ofensiva israelí tras los ataques de Hamás del 7 de octubre.. Desde el mes de marzo se han producido numerosas manifestaciones a favor del alto al fuego y también contra la propia Hamás, que habría reprimido duramente las protestas contra su gobierno en la Franja, como afirma un informe de Amnistía Internacional con denuncias por represión y torturas contra manifestantes palestinos.. Este caldo de cultivo, en el que Hamás parece perder apoyos entre una población civil cada vez más castigada por la guerra, hace que otros actores puedan intentar aprovecharlo para socavar su poder y su influencia en Gaza. El portavoz del buró político de Hamás, Basem Naim, aseguró entonces que la milicia considera «inaceptable y reprensible» usar la guerra para «promover agendas políticas sospechosas o absolver de responsabilidad al agresor», en referencia a los intentos de Israel de debilitar a Hamás, pero no solo por su parte.. Además del interés israelí, está el interés de la propia organización de Abu Shabab (salafistas enfrentados a la opresión de Hamás y a su concepción del nacionalismo palestino) y también por parte de la Autoridad Nacional Palestina (controlada por el partido secular Fatah, enfrentado a Hamás), que podría ver en la debilidad de la milicia una oportunidad para heredar la administración de Gaza y, por extensión, de toda Palestina tras la guerra. También el de otros países árabes, que vislumbran un posible futuro tras la guerra en el que estos actores podrían disputarse la influencia política, militar y religiosa en el enclave estratégico.
Israel habría estado armando a milicias yihadistas asociadas al Estado Islámico en Gaza con el objetivo de socavar la hegemonía de Hamás en el enclave e…
20MINUTOS.ES – Internacional
Israel ha estado armando a milicias yihadistas «asociadas al Estado Islámico» en Gaza con el objetivo de socavar la hegemonía de Hamás en el enclave e impulsar la oposición a la organización palestina. Así lo ha denunciado este jueves el exministro de Defensa israelí y actualmente diputado de la oposición en el Parlamento israelí, Avigdor Lieberman, en la radio pública israelí. Unas acusaciones que la oficina del primer ministro no desmintió en un primer momento —aseguró que se «trabaja para derrotar a Hamás por diversos medios», y qué fuentes de defensa corroboraron al periódico The Times of Israel.. La filtración obligó horas después al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, a admitirlo en sus cuentas sociales. «Movilizamos clanes en Gaza rivales de Hamás. ¿Qué tiene de malo?» fijo Netanyahu en un vídeo publicado en su cuenta de X. «Es solo bueno. Salva vidas de los soldados».. La información de Lieberman apuntaría a un nuevo grupo armado gazatí que usa el nombre de ‘Fuerzas Populares’, islamistas y liderados por Yasser Abu Shabab, un miliciano que se opone al gobierno de Hamás, y que según Lieberman «están identificados con el Estado Islámico». La banda habría sido detectada en los últimos días en la zona fronteriza de Kerem Shalom (controlada por Israel), y en un vídeo publicado por la propia banda, se puede ver a milicianos con uniformes portando la bandera palestina y la inscripción «Mecanismo Antiterrorista».. Según fuentes gubernamentales al citado diario israelí, la decisión habría sido tomada, como denunciaba Lieberman, de forma unilateral por Benjamin Netanyahu, sin aprobación de su gabinete y liderada por los organismos de seguridad del Estado hebreo. El clan de Abu Shabab, acusado en el pasado de saquear envíos de ayuda humanitaria, estaría ahora colaborando puntualmente con las fuerzas israelíes.. Netanyahu dice que la estrategia está respaldada por los oficiales de seguridad y acusa a Lieberman —quien fue ministro de Defensa entre 2016 y 2018 cuando Netanyahu también era primer ministro— de poner en riesgo la operación al hacerla pública. «Revelar esta información solo beneficia a Hamás», sostiene.. La banda de Abu Shahab (de unos 300 soldados) ya habría entrado en combate con Hamás en diferentes ocasiones -como mostró la propia milicia gazatí en vídeos-, e incluso se ha vinculado también a la Autoridad Palestina de reclutar miembros para el clan. Abrió recientemente un perfil en la red social X, en la que acusan a Hamás de «masacrar civiles inocentes» en puntos de ayuda humanitaria en Rafah, una cuestión que aún se investiga y que provocó, desde el miércoles, el cierre los centros de distribución de la Gaza Humanitarian Foundation apoyada por Israel y Estados Unidos.. El pasado 21 de mayo, el propio Netanyahu reconoció que su gobierno permitió, en 2018, que Qatar transfiriera fondos a Hamás, con el objetivo de dividir el movimiento palestino y socavar a la Autoridad Nacional Palestina (que administra Cisjordania), afirmando que su gobierno lo hizo siguiendo «recomendaciones del Shin Bet y el Mossad (las agencias de inteligencia israelíes)».. Esta estrategia israelí no es fruto de la casualidad: desde hace varios meses, Hamás acusa un desgaste de legitimidad para la población gazatí, que sufre las consecuencias de la fuerte crisis humanitaria que asola la Franja desde el inicio de la ofensiva israelí tras los ataques de Hamás del 7 de octubre.. Desde el mes de marzo se han producido numerosas manifestaciones a favor del alto al fuego y también contra la propia Hamás, que habría reprimido duramente las protestas contra su gobierno en la Franja, como afirma un informe de Amnistía Internacional con denuncias por represión y torturas contra manifestantes palestinos.. Este caldo de cultivo, en el que Hamás parece perder apoyos entre una población civil cada vez más castigada por la guerra, hace que otros actores puedan intentar aprovecharlo para socavar su poder y su influencia en Gaza. El portavoz del buró político de Hamás, Basem Naim, aseguró entonces que la milicia considera «inaceptable y reprensible» usar la guerra para «promover agendas políticas sospechosas o absolver de responsabilidad al agresor», en referencia a los intentos de Israel de debilitar a Hamás, pero no solo por su parte.. Además del interés israelí, está el interés de la propia organización de Abu Shabab (salafistas enfrentados a la opresión de Hamás y a su concepción del nacionalismo palestino) y también por parte de la Autoridad Nacional Palestina (controlada por el partido secular Fatah, enfrentado a Hamás), que podría ver en la debilidad de la milicia una oportunidad para heredar la administración de Gaza y, por extensión, de toda Palestina tras la guerra. También el de otros países árabes, que vislumbran un posible futuro tras la guerra en el que estos actores podrían disputarse la influencia política, militar y religiosa en el enclave estratégico.