La ponencia política invoca el liberalismo cristiano, con el individuo en el centro Leer
«Estamos ante una encrucijada que decidirá el futuro de España, el alcance de la solidaridad entre españoles, la calidad de nuestro sistema democrático y nuestra posición en el mundo. Van a ser, todas y cada una de las próximas citas electorales, la última oportunidad para poner fin a una etapa disolvente». El PP cree que España se encuentra en su mayor encrucijada desde la Transición, y por eso le da una importancia capital a la ponencia política que se aprobará en el congreso del partido en julio.. La ponencia, que presentará el próximo martes en Sevilla, alerta de una «mutación constitucional» hacia una forma de Estado confederal, y por eso incorpora un preámbulo titulado «Nosotros, los españoles» -en una clara referencia al preámbulo de la Constitución de EEUU-. En él, el PP reivindica la España de 1978, el modelo autonómico y la concordia: «Pedimos la confianza de los españoles para llevar a cabo un mandato transformador, que sea reparador allí donde haga falta reparar, que reconstruya donde debamos reconstruir y que cree donde todavía no se ha llegado». «Hemos venido a derribar», prosigue el texto, «el muro que han querido levantar para separarnos». «Hemos venido a dar paso a un tiempo político nuevo, en el que el sujeto protagonista vuelva a conjugarse en primera persona del plural: Nosotros, los españoles», enfatiza.. La primera parte del preámbulo reivindica la Transición española y asegura que la España de 1978 «ha sido la mejor de todas, la más libre y la más próspera», pero «hoy está amenazada». El preámbulo asegura que los actuales dirigentes socialistas vieron en las fuerzas independentistas su única oportunidad para acceder al Gobierno y dejaron atrás décadas centradas en la construcción de un país más integrado y robusto: «La Transición política y la cohesión nacional han sido sus víctimas».. «La combinación de degradación democrática, corrupción, polarización y pérdida de competitividad nos está conduciendo a la decadencia», solemniza la propuesta de los populares, preparada por la eurodiputada Alma Ezcurra junto con Juanma Moreno (presidente de Andalucía), Alfonso Fernández Mañueco (presidente de Castilla y León) y la alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca.. Los cuatro incardinan su declaración de principios en la actualidad política, y lamentan que «por primera vez, y a cambio de unos meses más en la Moncloa, los actuales dirigentes del Partido Socialista están asumiendo como propia una mutación constitucional que pretende hacer de España un Estado plurinacional, de corte confederal».. La ponencia describe una España muy depauperada, con «un Estado de Derecho más débil, unas instituciones cada día menos neutrales, la separación de poderes en entredicho, el principio de igualdad maltrecho y la quiebra de la solidaridad entre españoles». «El bienestar de la mayoría ha quedado supeditado al interés de una única persona».. «Es momento de fortalecer el Estado autonómico». El preámbulo no va al choque con Santiago Abascal ni define su política de pactos futuros, pero sí le lanza un dardo. «La radicalización del discurso y la agitación de las minorías sustituyeron a la búsqueda de los grandes consensos sociales que habían permitido el progreso sostenido de nuestros países», lamenta. «El intento de deslegitimar al adversario político y de frustrar así la natural alternancia democrática, se hicieron moneda común, no sólo en la izquierda», aguijonea después, en una referencia velada a Vox, al que el PP suele acusar de «hacer más oposición a la oposición que al Gobierno».. En la parte final del documento, titulada «principios y valores», los populares defienden sobre todo al individuo como centro gravitacional de sus políticas de libertad, y rechazan «la colectivización de la sociedad». «La persona es el centro de nuestra acción política. Cada persona, gracias a su trabajo y su esfuerzo, es capaz de alcanzar todos los éxitos (…) Nos inspira la fe en el mérito y la cultura del esfuerzo», insisten.. El PP recuerda que sus «valores» nacen del humanismo cristiano: «La dignidad de la vida humana, la libertad, la responsabilidad, la justicia, la igualdad, la solidaridad y el carácter subsidiario del Estado», que «debe estar allí donde el individuo y la sociedad organizada no pueden llegar, y no debe aspirar a reemplazarlos».. También en esta parte hay otro recado a Vox: «Consideramos que es el momento de fortalecer y consolidar un Estado autonómico racional y viable. Somos un partido construido sobre una sólida base territorial y trabajamos para ampliar los elementos comunes del modelo».
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