El coronel se retira tras vapulear en los tribunales al ministro del Interior Leer
Solo el tiempo, solo el reloj y el calendario han puesto el freno definitivo a ese muro de contención en que se había convertido un coronel de la Guardia Civil contra el golpismo catalán y la arbitrariedad de Marlaska. Un coronel que supo decir noa todo un ministro del Interior pese a saber que tendría serias y duras consecuencias.. Su camino profesional ha llegado a término sin lograr su ascenso a general, sin su fajín rojo, aunque era el número uno de las propuestas que se elevaron al Ministerio. Pero la negativa persistente de Grande-Marlaska le dio el portazo. Cumple 61 y tiene que pasar a la reserva.. El coronel Diego Pérez de los Cobos se convirtió en la cara del Estado en el plano policial en el dispositivo para evitar el referéndum en Cataluña. Había ocupado cargos de alta responsabilidad de la seguridad del Estado bajo la administración tanto socialista como popular. Por sus manos pasaron durante lustros los documentos más relevantes de la seguridad. Era quien tenía que coordinar a su Cuerpo -la Guardia Civil- con la Policía Nacional, desde la Secretaría de Estado de Seguridad.. Destacan tres etapas en su carrera. Primero, tras ascender a teniente, su destino fue Navarra, en la lucha contra el terrorismo en 1987, al Grupo Antiterrorista Rural (GAR) como jefe de una Sección Antiterrorista. En diciembre de 1989 pasó a la Unidad de Servicios Especiales del Servicio de Información de la Guardia Civil, como jefe de un grupo de obtención de información antiterrorista. Fue uno de tantos guardias civiles destinados en Navarra y el País Vasco durante los años más duros del azote etarra.. Su etapa en la Secretaría de Estado de Seguridad fue sin duda la que marcó en positivo y de forma clara su evolución profesional.. Desde julio de 2006 hasta junio de 2011 estuvo destinado primero como asesor del ministro del Interior -Alfredo Pérez Rubalcaba- y, posteriormente, de este mismo cuando se convirtió en vicepresidente primero del Gobierno. Desde junio de 2011 hasta marzo de 2018 fue director del gabinete de coordinación y estudios de la Secretaría de Estado de Seguridad, con rango de subdirector general. Este destino lo ocupó a propuesta del entonces ministro del Interior, Antonio Camacho, -ahora abogado de la mujer de Pedro Sánchez- y continuaría en él durante el mandato en el Ministerio de Jorge Fernández Díaz y Juan Ignacio Zoido, ya en la etapa del Partido Popular.. En consecuencia, durante 12 años trabajó muy estrechamente con cuatro ministros del Interior y cinco secretarios de Estado de Seguridad de distinto signo político.. El 20 de septiembre de 2017 el fiscal superior de Cataluña le encomendó la coordinación del dispositivo de seguridad que debía implementar la Guardia Civil, la Policía Nacional y los Mossos para tratar de impedir la celebración del referéndum ilegal del 1 de Octubre. El 27 de septiembre la magistrada del TSJ de Cataluña que asumió el procedimiento ratificó la decisión del fiscal superior.. En marzo de 2019 declaró como testigo en el juicio que se siguió en el Tribunal Supremo contra los promotores del referéndum ilegal de Cataluña. En su sentencia, por la que la Sala de lo Penal del Supremo condenó a los acusados por los delitos de sedición y malversación, el tribunal hizo referencia al «muy contundente testimonio» de Pérez de los Cobos, clave en las resoluciones judiciales.. Pero fue el 8 de octubre de 2020 cuando comenzó el calvario del coronel. Como jefe de la comandancia de Madrid le tocó hacerse cargo de las investigaciones iniciadas por un juzgado sobre el Covid y las celebraciones de la manifestación del 8-M. Bajo sospecha, altos cargos socialistas. El equipo de Marlaska requirió información sobre ese sumario.. El coronel se negó a facilitar a Interior información sobre las pesquisas al estar el asunto judicializado y deberse a la autoridad del instructor y a la reserva de las actuaciones. Marlaska y su equipo le destituyeron como responsable de la comandancia de Madrid. Adujeron pérdida de confianza. La decisión del ministro provocó una catarata de dimisiones, ceses, destituciones… Se tuvo que reorganizar la cúpula de la Guardia Civil. El ministro también decidió romper con el sistema de ascenso de generales y bloquear el ascenso de Pérez de los Cobos a general. El coronel dio la batalla judicial y, una tras otra, obtuvo continuas victorias sobre Interior. La Justicia anuló su destitución y anuló las decisiones de Interior de no ascenderle.. Lo curioso es que este coronel y el ministro solo se cruzaron profesionalmente en una ocasión, en una reunión en la Secretaría de Estado en 2012. En aquella fecha se estaban retirando la mayoría de las escoltas tras desaparecer la amenaza del terrorismo de ETA, entre ellas, a muchos jueces. En aquella fecha Marlaska era presidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional.. La suya era de las pocas escoltas que se había decidido mantener, junto a la del presidente de la Audiencia y la del fiscal jefe de esta instancia. Acudió a la reunión junto a Ángel Juanes, entonces presidente de la Audiencia, y Santiago Pedraz, decano de los jueces. Solicitaban que se mantuvieran las escoltas pero la decisión estaba tomada y se había aprobado esa reducción por acuerdo de Consejo de Ministros.. Unos días después de la reunión, al ver que la decisión sobre la retirada de las escoltas no se modificaba, Marlaska remitió una carta al secretario de Estado de Seguridad solicitando que se le retirara a él también la escolta en solidaridad con el resto de magistrados y fiscales que ya no iban a contar con esa protección. Cuando, como consecuencia de esa carta, se estaba ya tramitando la orden para retirarle la escolta, se personó en la Secretaría de Estado el entonces comisario jefe de la Unidad de Seguridad de la Policía Nacional en la Audiencia Nacional, quien -de forma discreta- traía un mensaje verbal de Marlaska: quería que la Secretaría de Estado no aceptara lo que él había solicitado por escrito.. Porque realmente no quería quedarse sin escolta, aunque pedía que fuera la propia Secretaría de Estado la que dijera que a él no se podía retirar. Se atendió su solicitud y se quedó con la escolta.
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