Los inmigrantes han aportado un cuarto del crecimiento del PIB per cápita desde 2022: un total de 0,7 puntos de una subida del 2,9%, según el Banco de España Leer
Los inmigrantes han aportado un cuarto del crecimiento del PIB per cápita desde 2022: un total de 0,7 puntos de una subida del 2,9%, según el Banco de España Leer
Un 43% de los extranjeros que trabajan en España tiene un nivel educativo alto, frente al 20% de 2008; mientras que el porcentaje de inmigrantes con un nivel de estudios bajo se ha reducido desde el 45% de entonces al 30% ahora, lo que ha elevado la productividad de este colectivo y su aportación al crecimiento del PIB per cápita. Concretamente, el Banco de España estima que un cuarto del avance de este indicador entre 2022 y 2024 se debe a la contribución de la mano de obra extranjera.. El PIB per cápita -una medida que aproxima la producción que logra el país por persona- creció un 2,9% entre 2022 y 2024, un repunte que se debe en un 25% a la contribución de la población extranjera, según los cálculos que hace el Banco de España en un artículo publicado este martes en su Boletín Económico. En él concluye que «la aportación media directa de la población extranjera a este crecimiento del PIB per cápita se situaría entre 0,4 y 0,7 puntos porcentuales».. La horquilla se explica porque si se analiza el aporte de la población de nacionalidad extranjera, este baja al 0,4, ya que no se computan ahí todos los nacidos en otros países que posteriormente han adquirido la nacionalidad española. Sin embargo, la contribución de aquellos que no han nacido en el país se sitúa en conjunto en los 0,7 puntos, un cuarto del crecimiento total.. «Esta contribución es similar, en términos relativos, a la estimada en otras fases expansivas previas y se habría visto condicionada, principalmente, por dos factores: el avance en el proceso de asimilación -en distintas dimensiones- de los inmigrantes que llegaron a nuestro país a principios de este siglo y las mejoras observadas en el nivel educativo y en la distribución ocupacional de los llegados a España en los últimos años», explican Pilar Cuadrado, del departamento de Análisis de la Situación Económica, y Ana Regil, del de Análisis Estructural y Estudios Microeconómicos, autoras del estudio.. Además de cuantificar su aportación al crecimiento del PIB per cápita, las expertas hacen una radiografía de cómo ha evolucionado el empleo inmigrante en las últimas dos décadas. Detectan que la tasa de empleo (personas en edad de trabajar que trabajan) ha bajado sustancialmente, desde el 70% en que llegó a situarse a principios de siglo hasta el 62,2% de 2024. «Al contrario de lo que ocurría entonces, desde 2009 dicha tasa es inferior a la de los nacionales», señalan, pese a que el empleo entre los extranjeros ha crecido un 6,9% el año pasado frente a un 1,4% de los nativos.. La tasa de actividad (personas en edad de trabajar que trabajan o buscan trabajo) de los extranjeros sí es superior a la de los nacionales, si bien también está disminuyendo desde 2010.. En cuanto a la jornada media, mientras que a principios de siglo los extranjeros trabajaban dos horas más que los nacionales a la semana, ahora lo hacen sólo media hora más; un recorte que se debe «a la menor jornada relativa de los extranjeros que trabajan a tiempo parcial, en un contexto en el que aún persiste un diferencial positivo en las jornadas a tiempo completo entre los extranjeros y los nacionales».. Al haber mejorado el nivel educativo, haber aumentado la productividad y el tiempo de trabajo, y haber empezado a ocupar actividades que requieren más cualificación, la brecha de salarios entre extranjeros y nacionales se ha reducido. «Este resultado sería coherente con el proceso de asimilación de las olas de inmigrantes que entraron a principios de este siglo y con el aumento que se aprecia en el nivel de educativo de los extranjeros que han llegado en los últimos años».
Actualidad Económica // elmundo