La Universidad de Vigo ha decidido revocar una tesis doctoral en informática y educación que se presentó en 2013, ya que replica más del cincuenta por ciento del material de otra tesis defendida seis años antes en la Universidad de Salamanca (USAL). El ex médico, R. Yo J, por favor. A., es miembro de la Academia Panamericana de Ingeniería y afirma que es profesora de posgrado en la Universidad Autónoma Juan Misael Saracho, una institución en Bolivia, su país de origen, que actualmente está en proceso de cierre. El anuncio fue hecho el viernes pasado por el periódico La voz de Galicia, y el caso fue examinado en 2018 por el sitio web colombiano PlagioS. O.S, que coteja casos. «Me imitó exactamente, incluso en la dedicación», suspira el afligido maestro E. – ¿ Qué? El país no ha abordado la adaptación del plagiario. Más para leer.
«Incluso replicó la dedicación», suspira la víctima. La Universidad de Vigo revoca un doctorado después de confirmar una similitud del 59%.
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La Universidad de Vigo ha decidido retirar una tesis doctoral sobre informática y didáctica defendida en 2013 y que copia más de la mitad del contenido de otra leída seis años antes en la Universidad de Salamanca (USAL). La exdoctora, R. I. J. A., es miembro de la Academia Panamericana de Ingeniería y dice ser profesora de un posgrado de la Universidad Autónoma Juan Misael Saracho, un centro en proceso de cierre en Bolivia, su país de nacimiento. La noticia ha sido adelantada el pasado viernes por el diario La voz de Galicia y el caso fue analizado en 2018 por la página colombiana PlagioS.O.S, que coteja casos. “Me ha copiado hasta la dedicatoria”, se lamenta la profesora afectada, E. M. M. M. EL PAÍS no ha logrado contar con la versión de la plagiadora.
La lista de supuesta formación académica de la defraudadora intelectual es inabarcable en su cuenta profesional de Linkedin y en la de la Academia: tras licenciarse en Ingeniería Informática en 2002, ha logrado en 22 años cuatro títulos de “diplomado”, tres de maestría (uno en Vigo), dos de “especialista” y dos “doctorados” ―no se califica de “doctora”― en Vigo y la Universidad de Santiago (en dos de las tres ocasiones agrega en medio de mucha palabrería “inicio de gestión”). La USC, a preguntas de este diario, aclara: “Esta persona consta en los registros informáticos, si bien su expediente académico carece de contenido. Deducimos que esta situación se debe a que en su día, 2011, solicitara admisión en nuestra universidad, pero con posterioridad a este trámite no completó el proceso, pues no cursó ni superó ninguna materia (algo que estaría recogido en su expediente académico). Por lo tanto, resulta falso que cursara estudios de doctorado en la USC”.
El Código Penal castiga el plagio industrial y para ello tiene que haber lucro con la copia. Si no a la víctima solo le queda la vía civil, con una indemnización económica por daños morales.El artículo 270 del código dice: “Será castigado con la pena de prisión de seis meses a cuatro años y multa de 12 a 24 meses el que, con ánimo de obtener un beneficio económico directo o indirecto y en perjuicio de tercero, reproduzca, plagie […] en todo o en parte, una obra o prestación literaria”. La Universidad de Murcia respaldó a una profesora interina de Derecho Mercantil a quien un catedrático plagió dos veces la tesis. Él tuvo que indemnizarla con 5.000 euros y la sentencia fue publicada en un periódico, tras confirmar la sentencia el Tribunal Supremo en 2013. Uvigo no anuncia que vaya a tomar más medidas.
Aplicaciones al diseño de objetos de aprendizaje validados basado en tecnologías estándares para soportar E-learning es un plagio de la tesis Gestión del conocimiento en sistemas E-Learning, basado en objetos de aprendizaje, cualitativa y pedagógicamente definidos, de una profesora de la Universidad de Salamanca, donde se doctoró. Nadie le ha notificado la retirada del título. “Nadie me ha comentado que iban a quitarle el título de doctora”, explica la científica, que ha conocido la noticia a través de este diario. “Hacia el 2017 me escribió una persona desconocida y me dijo que lamentaba comunicarme que mi tesis había sido plagiada”, relata la científica que puede haber perdido citaciones a su tesis, fundamentales para progresar como científico. “Estaba investigando sobre ese tema y vio que eran dos tesis casi iguales y que era yo la víctima, siendo mi tesis anterior”.
La Ley de Convivencia Universitaria considera falta “muy grave”, la más alta de todas, “plagiar total o parcialmente una obra, o cometer fraude académico en la elaboración del trabajo de fin de grado, el trabajo de fin de Máster o la tesis doctoral”. Y se castiga con entre dos y tres meses de expulsión de la universidad. Pero el delito prescribe a los tres años, la plagiadora está fuera de España, defendió la tesis en 2013 y la norma se aprobó en 2022.
“Copiaba descaradamente capítulos enteros. No es que haya citado mal, como ella dice. Con el título, con el texto… con las imágenes y todo”, relata la investigadora de la USAL. Dudó pero finalmente no actuó tras conocer el fraude. En 2019 la llamó un abogado del campus gallego, encargado del caso de plagio, para que le narrase su versión. “Me dijo que me iría contando, pero no supe más. Nos pasamos el día enseñando a los alumnos a no plagiar, les decimos que es un delito y luego pasa esto…”.
La Universidad de Vigo se defiende: “La denuncia es de septiembre de 2018. No consta que [la plagiadora] se presentara a ninguna plaza en nuestra universidad. El procedimiento es garantista y tardó bastante tiempo, evidentemente”. El director de la tesis fraudulenta, Manuel Pérez Cota, no quiere entrar en el detalle: “Mi cometido terminó con la denuncia que presenté hace ya muchos años”. Según el informe encargado al Consello Consultivo de Galicia, este y otros compañeros recibieron por correo electrónico una queja anónima y se animaron a investigar. Un estudio del departamento de Informática concluye, según el consello, que “más de la mitad del texto, muchas figuras o todas las tablas son copiadas de otras fuentes”.
PlagioS.O.S es más preciso. Concluye que son un calco “142 páginas (55,25% del contenido efectivo), 59 subtítulos, 518 párrafos, 18 figuras, siete tablas y seis apéndices. Y alerta: “Aquello tan evidente no fue detectado por el director, ni evaluadores de esta tesis”.
“No me quedo tranquila. Nadie me ha dado si quiera unas disculpas, una explicación. Ni de ella, ni de ninguna autoridad de la Universidad de Vigo”, se lamenta la plagiada, que este miércoles se reúne con el rectorado de la USAL. “Desconozco si hay algún tipo de compensación. Si es solo retirar el título”. “La Universidade de Vigo es una institución plenamente comprometida con la ética (incluyendo la investigación) y se ha dotado de normas y procedimientos para asegurar el cumplimiento de las mismas”, prosigue en su contestación por escrito esta organización. No responden a la pregunta sobre si se tomará alguna medida más.